domingo, 21 de diciembre de 2014

INMOVILISTAS, APERTURISTAS, REFORMISTAS Y RUPTURISTAS.

Principios básicos del movimiento civil: ciudadanos , como regeneración, participación, transparencia, reestructuración, requieren para su puesta en marcha, que al unísono , el “modelo de ganar dinero” varie, que los mecanismos de promoción o ascenso social varíen, de manera que el actual modelo basado en el enchufismo, clientelas políticas, puertas giratorias…por el cual, los que están dentro de la nomenclatura ganan dinero y ascienden como por ejemplo ese empresario agrícola que sabe más de subvenciones que de agronomía o del promotor inmobiliario que se mueve como pez en el agua, en una gerencia de urbanismo, deje paso a un modelo basado en el esfuerzo, la innovación, el merito, el talento,  la eficiencia, el ahorro………y para ello es necesario articular medidas, que fomente estos parámetros mencionados, lo cual implica, el ascenso de fuerzas políticas, que lo promuevan, tanto desde el exterior del sistema de partidos políticos, que empujan por la renovación, por la reforma; pero también, hay que aprovechar las voces disidentes, que hay desde el interior del sistema, que propugnan reformas, por difícil que cueste creerles.
Este cambio de modelo social, no se alcanza por Ley, decreto ley u otras normas, sino por cambio social.
El modelo político actual, nacido de la transición está agotado y con ello la neo restauración borbónica y no por lo que se hizo mal en aquel entonces, sino por lo que no se hizo, en su desarrollo o andadura.
El agotamiento de la neo restauración borbónica, habida cuenta de la perdida de magia que tenía nuestra monarquía al aplebeyarse, al tener primacía la razón personal a la razón de estado es reflejo de ese cambio social aludido, ya que ni se tiene ni se sostiene más y los resultados electorales lo reflejaran, con la ruptura del bipartidismo, con la atomización del voto, que hará el país: ingobernable, sino se implanta una cultura política de consenso.
Si los aperturistas no abren las compuertas a los reformistas, para la regeneración, vendrá la ruptura (rupturistas: podemos),  por propia lógica de la dinámica histórica.
Necesitamos que el talento, que la innovación, y el ahorro,  que a fin de cuentas será, lo que nos saque de la crisis, se puedan desplegar y para ello, se requiere un escenario dominado por la razón y el sentido común. Necesitamos un escenario, en el que los que,  tomen las decisiones de inversión incorrectas tanto públicas como privadas, asuman los costes de las mismas y no se socialicen dichas pérdidas; que no se repartan beneficios a corto plazo, que acarrearan perdidas a medio plazo, por falta de previsiones  o/y provisiones, por falta de generación  de auto recursos.  Es necesario implantar e implementar un escenario donde se cumplan las reglas del capitalismo, por el cual , los que hacen su trabajo mal, son expulsados del mercado y no como ahora, que son mantenidos y agasajados por el sistema político con sus puertas giratorias.
Es necesario, que las decisiones de inversión vengan regidas por criterios de mercado y no políticos; que el volumen y composición del gasto público, no lo pueden fijar los votantes, sino los contribuyentes. Que sean solamente los bienes y/o servicios públicos, los que se sustraigan al mercado, en cuanto que su uso o/y consumo, no puede ser individualizado o sea apropiado,  impidiendo el uso/consumo a terceros.
Es necesario entender que el salario, retribución del factor trabajo, a efectos de factor productivo es un bien, que no se puede fijar arbitrariamente  y que solo la capacidad de crear valor por medio del trabajo es lo que fija su precio, en un contexto globalizado.
Es necesario entender, que las gerencias de urbanismo no pueden seguir siendo bancos territoriales, con capacidad de generar valor y por tanto dinero, al fijar el contenido de propiedad urbana al expresar volúmenes, usos, ocupación e intensidades, apropiándose de dichas plusvalías, siguiendo criterios planificados que obedecen razones y necesidades de la propia administración y sus aláteres y no de los propios administrados.
Son los principios de mercado o sea la satisfacción del cliente, en este caso del ciudadano, las que deben fijar la distribución de competencias entre las administraciones; de modo que un servicio público lo preste la administración que más beneficie al ciudadano, ya sea local, regional, estatal o comunitaria y no los intereses  políticos del gobierno de turno que haya en Madrid que pacte con el de Barcelona.
Aquellos rupturistas del sistema, como “Podemos” si su acción política se fundamenta en un conocimiento de la teoría de la historia, les llevaría a colaborar en la regeneración del sistema, en cuanto, que su putrefacción nos conduciría a una edad media o estancamiento e inmovilismo y solamente en una dinámica de regeneración se producirán y desarrollaran las contradicciones del capitalismo, al que por otra parte quieren abolir por injusto. El capitalismo como demostró el colapso soviético, no se deroga y derrota por revolución o imposición política, sino que requiere el conocimiento e información de las leyes que lo regulan y lo hacen funcionar, para permitir su desarrollo; ya que este y solo este, hasta su fin será, lo que nos permita pasar a otro estadio histórico.
En último término, señalar que cada estado de desarrollo económico requiere, un modelo político determinado y la importación de otros modelos propios de otros tipos de desarrollo económico no es viable y nos llevan y conllevan al desastre.
Francisco Anaya Berrocal.




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