domingo, 20 de diciembre de 2020

A propósito del SMI

 

A propósito del SMI

Eso de que no hay trabajo no es cierto. Trabajo hay, de hecho hay muchas cosas por emprender y hacer; lo que no hay es empleo o sea trabajo conforme a las normativas del gobierno y del las administraciones públicas en general. De hecho en otros tiempos en la que la capacidad de control del gobierno era más débil, el trabajo que no tenía acomodo legal se traducía en trabajo o empleo informal o sumergido (fuera de la ley, pero se trabajaba). Ahora el alcance regulatorio es más intenso y el escape a a la economía sumergida es menor por lo que los estragos del desempleo son de mayor calado.

Cada vez que se sube el SMI o simplemente el hecho de regularlo( no existe en otros países) expulsa del mercado de trabajo a un sinfín de personas, que son las mas vulnerables por su exigua o/y deficiente preparación y capacitación. Pero es que no solo expulsa, sino impide el acceso al mercado laboral de otro sinfín de personas como demandantes de primer empleo, de retornados al mercado laboral y otras personas de la población activa no ocupada.

Cada vez que se incrementan los costes salariales origina una disminución del factor trabajo y el consiguiente incremento del factor capital y esto ocurre en las ramas productivas menos avanzadas en términos tecnológicos y organizativos donde encuentra acomodo y empleo las personas con menos recursos técnicos y culturales y en donde el peso del SMI es relevante. Véase la perdida de empleos en el sector agrario que manifestaban dirigentes de ASAJA.

Los pregoneros del salario digno son benefactores a corto plazo de los que logran seguir empleados, (lo cuál es cuestión de tiempo, que pierdan el empleo), pero son malhechores y causantes de los que pierden su empleo o de los que aspiran a insertarse o reinsertase en el mercado de trabajo.

La OIT podrá declarar que el trabajo no es una mercancía, pero en el cálculo económico así se cuantifica y si al empleador no le salen los números, no contrata o despide o de lo contrario se auto despide como empleador o empresa. La imposibilidad de pagar los costes laborales ha ido deslaborizando las relaciones de trabajo mediante contratos mercantiles (contrataciones, subcontrataciones, autónomos, economía colaborativa…) y lo que no tiene cabida en ella, deja de existir , de manera que el trabajo existente no se convierte en empleo.

A los pregoneros del salario digno y ya puestos a pregonar, porque no un SMI de 1500 € o mejor de 3000 € o mejor todavía de 6000 €…………

Los pregoneros del SMI no pagan sueldos ni pagan seguros sociales pero si viven y muy bien de insuflar veneno, de ser tóxicos y de hacer creer que el capitalista roba al trabajador, de que es un juego de suma cero y esto es FALSO.

Las empresas son unidades económicas que producen dividendos, plusvalías y beneficios en general para sus propietarios , pero también producen salarios, seguros sociales, tributos, intereses( de créditos, de obligaciones,….), alquileres, royalties…….; las compañías son comunidades en las que diversos factores se aúnan y se integran para producir beneficios para todos los miembros de la comunidad. Si yo en una reunión de cuatro personas cuento un chiste y los otros tres cuentan otro chiste resulta que al final todos sabemos cuatro chistes y por lo tanto todos y digo bien “todos” sabemos mas, todos hemos ganado y eso es una empresa: un juego de sumar.

De lo que se trata es de crecer, de hacer la tarta mas grande y eso solo resulta de la colaboración e cooperacón entre los diversos agentes que actúan y interactúan en la empresa porque así todos comerán mas pastel, aunque unos coman mas que otros y no de repartir la tarta existente que genera lucha y falta de colaboración y cooperación.

Los pregoneros del SMI y en general los tóxicos de la izquierda necesitan que mientras mas personas se hallen en situación de dependencia económica y vulnerabilidad social mas masa crítica habrá (parroquia mas llena) para alcanzar sus objetivos de alcanzar una sociedad socialista en donde por cierto solo es posible repartir pero no crear riqueza como la evidencia histórica nos expresa.

¿y que es mejor? ¿Que todos seamos igual de pobres o unos mas ricos que otros?

Evidentemente las verdades de hecho no exigen demostración.


Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 20 de diciembre de 2020.



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