sábado, 1 de enero de 2022

VACUNADOS Y NO VACUNADOS

 

VACUNADOS Y NO VACUNADOS




Hace muchos años vi un documental sobre la central nuclear de Chernobil en el que se relataba como los campesinos de la zona seguían produciendo y consumiendo los alimentos del área que circunscribía la central nuclear y ante las preguntas del periodista manifestaban que pese a la toxicidad de dichos alimentos y la radioactividad que contenía dicho territorio estaban forzados a consumirlos para sostenerse; el corto plazo se imponía al largo plazo, el hambre era previa a la infección radioactiva, está última podía esperar, el hambre no.

Igual acontece hoy con la pandemia del COVID-19, el corto plazo se impuso al largo plazo y se aprobaron vacunas, tratamientos o remedios en los que se abreviaron los protocolos de comprobación. La urgencia era enorme, los infectados y los fallecidos crecían sin parar y había que detener la pandemia y se considero que los riesgos eran menores a los beneficios que podrían reportar. Los hechos han demostrado el acierto, ¿de cuantos infectados y fallecidos estaríamos hablando ahora de no haberse descubierto ninguna vacuna?

Como no ha transcurrido el tiempo suficiente , no sabemos los efectos que tendrán las vacunas y es evidente el riesgo asumido por los vacunados, riesgo que no han asumido los no vacunados y que sin embargo se aprovechan del efecto rebaño, acreditando su egoísmo bajo el parapeto negacionista. Como miembros de una comunidad yo no solo tengo derechos si no también obligaciones y así como la cabeza de un crío que se halla infectada de piojos requiere de un tratamiento, que para que sea efectivo, necesita que se extermine todos los piojos y todos los huevos, pues de lo contrario volverán a reproducirse, necesitamos que nuestra aldea global (planeta Tierra) sea vacunada o/y tratada para erradicar el virus. Si el barco se hunde, los que van en la bodega serán los primeros en ahogarse, pero los que vamos arriba también nos ahogaremos, es solo cuestión de tiempo.

Si yo bebo en mi casa y me emborracho, me hago daño, pero no hago daño a terceros, pero si salgo y cojo el coche y circulo borracho puedo hacer daños a terceros: ¿tengo derecho a conducir borracho? Mi casa es espacio privativo, la red viaria es espacio común.

Entro en un restaurante y tras comer pido café y copa e inmediatamente enciendo un puro y en la mesa colindante hay comensales con afecciones pulmonares ¿tengo derecho a fumar?

Como no estoy de acuerdo con los impuestos, tengo el derecho a proponer otro nivel impositivo, otro sistema tributario, pero no dejo de estar obligado a su pago o ¿acaso tengo derecho a no pagar?

Es obvio que ponerse o no ponerse la vacuna no es un derecho, sino una obligación que se tiene con tus semejantes y que el incumplimiento de la misma pudiera acarrear sanciones morales, sociales e incluso jurídicas. Imagínense que la pandemia se recrudece y volvemos al colapso sanitario y se establecen filtros de selección ¿es equitativo que un veinteañero no vacunado tenga prioridad sobre un cuarentón vacunado?

Yo no soy libre de vacunarme o no, mi libre albedrío comienza cuando se acaba el de los demás.

Cada individuo equivale a un pelo del crío piojoso, sino saneamos la cabeza en su totalidad los piojos seguirán porque hay pelos que tienen derechos y no obligaciones.

Si los no vacunados son libres de no hacerlo, los vacunados son también libres de no compartir el mismo espacio común, sino que sentido tiene vacunarse para infectarse ya que el virus se propaga por el aire y no lo podemos aislar.

En cualquier caso mientras no se vacune al tercer mundo, tendremos variantes sucesivas del virus y las consiguientes oleadas de vacunación en el primer mundo podrán tener el efecto contrario al perseguido y es que dejen de tener efecto las vacunas como consecuencia del elevado consumo de las mismas, como acontece con los antibióticos. De producirse ese escenario -y esa probabilidad existe,- la estrategia de no vacunarse es legítima y la supervivencia y su instinto vence a la obligatoriedad de la vacunación y las sanciones que pudieran establecerse. Por tanto la opción de vacunarse o no se hace dinámica y rompe la legitimidad sancionadora por no vacunarse.

La enseñanza de esta epidemia es que el planeta Tierra es una aldea global, de que estamos conectados los unos con los otros y de que no podemos sobrevivir sino protegemos a los otros, de que todos somos uno: la humanidad.











Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 1 de enero de 2022.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio