LA BURBUJA MONETARIA Y EL ADVENIMIENTO DEL COLAPSO.
Para detener el eminente hundimiento del Capitalismo con el estallido de la
burbuja inmobiliaria y crisis financiera,
en Occidente se ha paliado provisionalmente con la creación de otra burbuja: la
monetaria.
El mercado de emisión de dinero está saturado y
explotara. Y ante ese advenimiento, hay que anticiparse con políticas audaces,
que prevean ese escenario dantesco y apocalíptico.
La burbuja monetaria está basada en la emisión de dinero
sin ton ni son, desligada totalmente de la economía productiva; siendo en
último término, una estafa piramidal que cuando estalle, será el fin del actual
sistema monetario mundial, surgido del fin de la guerra de Vietnam, por el que
el patrón dólar-oro fue sustituido por el patrón dólar-confianza, (de ahí los
petrodólares.)
Ese valor intangible “confianza”, ya no existe. Y si a
ese incremento cuantitativo de la base monetaria añadimos, el incremento
cualitativo de la velocidad de circulación del dinero, vía dinero plástico
(tarjetas de debito y crédito) dará lugar más temprano que tarde, al pinchazo
de la burbuja monetaria, de modo que el dinero no convertible, dejara de ser
dinero y se convertirá en papel o plástico.
Dinero convertible es aquel que tiene valor propio, capaz
de intercambiarse por otros bienes o/y servicios, sin que su valor, se lo de
una autoridad que certifique su
acuñación.
Dinero convertible supone la desintermediación monetaria;
operaremos en un sistema monetario internacional donde no habrá autoridades
monetarias que fijen el tipo de interés o el volumen de dinero en circulación;
será la privatización del sistema monetario internacional, hasta hoy día, la
oferta monetaria es pública. Y lo es, no ya porque el banco central sea
público, sino sobre todo porque, la oferta monetaria es planificada y no se
rige por la oferta y la demanda.
Pero la ruptura del sistema monetario internacional no es
el fin del capitalismo, dado que no se dan las bases necesarias para su
destrucción, porque para ello se requiere que no se produzca la
acumulación de capital (alimentación del sistema); y eso exigiría que todos los
bienes y servicios fuesen públicos y no privados; (un bien es público cuando
ningún individuo económico lo puede
acaparar e impedir el consumo o uso del mismo, a los demás). En segundo lugar,
se requiere que la producción y/o distribución de bienes y/o servicios no
produzca rendimientos o sea retorno de capital más intereses (n+1). Y en tercer
lugar, la producción se destine al autoabastecimiento y no se oriente al
mercado.
Solamente prediciendo y previniendo, el escenario donde
nos vamos a situar, podremos diseñar políticas resolutorias de la crisis.
El valor “información” sustituye al valor “dinero”, como este último
sustituyo al valor “tierra” como eje del sistema. La posesión de dinero es
condición necesaria, pero no suficiente para el consumo; el cual, el consumo,
me refiero requiere además información o conocimiento y tiempo disponible.
Información como conocimiento. Ejemplo de ello sería, si no se conducir o
manejar una maquina de automóvil, no puedo comprar un coche, (compra como uso,
no como cambio) lo que puedo comprar es un servicio de conducción. Y no solamente
se necesita conocimiento y alcance para consumir, sino también tiempo
abundante; ya que los nuevos bienes y servicios de la era tecnológica, precisa
que el consumidor/usuario tenga bastante tiempo para consumir o usar esos
bienes o servicios.
Ello implica una producción donde los individuos apliquen
jornadas de trabajo cortas, para disponer de tiempo para el consumo y otras
formas de prosumo (alvin tofler). Esto permitirá desarrollo económico sin
crecimiento económico y sin inflación.
¿Cuándo estallará la burbuja monetaria? Cuando el valor
“confianza” desaparezca en el gran
público (demanda); hasta ahora la falta de confianza se ha producido, por
el lado de la oferta en el sistema financiero (bancos, hipotecarias,
aseguradoras….) y eso ha sido lo que ha provocado la crisis financiera; nadie
se fía de nadie y nadie presta a nadie, porque ni ellos mismos saben el valor
de sus balances; este colapso ha sido amortiguado provisionalmente por la banca
emisora; pero pese a las fuertes y grandes cantidades de dinero puesto en
circulación, no se ha logrado que este bombeo llegue a la economía productiva,
porque la banca o sector financiero se lo ha tragado todo y necesita más por la
implosión que ha generado el estallido de la crisis.
Esta incertidumbre sobre el valor de los activos
financieros, hipotecarios, corporativos y de deuda pública impide crecer el
crédito. Impide crece el crédito en cuanto los inversores le asustan el déficit
público y el endeudamiento (medido en términos de P.I.B), lo que le impide
invertir y hace que la banca no pueda abastecerse en los mercados mayoristas y
tenga que intervenir los bancos emisores (centrales) con una liquidez ilimitada
para los bancos pero sin efecto multiplicador en el crédito, por la mencionada
incertidumbre sobre el valor de los activos y solvencia de estas empresas y el
sector en general.
Está claro que no habrá solución, mientras lo que lo
hacen mal su trabajo, no tengan sanción. Así la banca privatiza beneficios
(aparentes) y socializa perdidas (reales); deja de cumplir la función económica
y social que el sistema le encomienda. Y deja de funcionar la selección
darwiniana de los más eficientes del mercado sobreviven. Según las leyes del
mercado, los que no hacen bien su trabajo son expulsados de mercado, lo que
implica, que si los recursos públicos se ponen a disposición de la banca
privada para socorrerla y salvarla, implica que sus nuevos acreedores: los
contribuyentes, son sus nuevos amos o propietarios.
En suma, si la gestión del sistema financiero no se
aplican las reglas del mercado, por las cuales los menos eficientes son
eliminados del mercado, a causa de los costes sociales y económicos que genera su pervivencia, obliga a la
socialización del sistema financiero, pues de lo contrario, los banqueros no
tendrán sanción por su mal hacer e incentivos para asumir riesgos, que pagaran
otros y que se repetirán conforme varíe el tempo económico y político.
Esta es la paradoja del nuevo estadio del Capitalismo:
privatización del sistema monetario junto a socialización del sistema
financiero y las Políticas que conduzcan a esta superestructura
jurídico-política e institucional acortaran la crisis y permitirán salir de ella.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio