sábado, 27 de diciembre de 2014

LA BURBUJA MONETARIA Y EL ADVENIMIENTO DEL COLAPSO.
Para detener el eminente hundimiento  del Capitalismo con el estallido de la burbuja inmobiliaria y crisis financiera,  en Occidente se ha paliado provisionalmente  con la creación de otra burbuja: la monetaria.
El mercado de emisión de dinero está saturado y explotara. Y ante ese advenimiento, hay que anticiparse con políticas audaces, que prevean ese escenario dantesco y apocalíptico.
La burbuja monetaria está basada en la emisión de dinero sin ton ni son, desligada totalmente de la economía productiva; siendo en último término, una estafa piramidal que cuando estalle, será el fin del actual sistema monetario mundial, surgido del fin de la guerra de Vietnam, por el que el patrón dólar-oro fue sustituido por el patrón dólar-confianza, (de ahí los petrodólares.)
Ese valor intangible “confianza”, ya no existe. Y si a ese incremento cuantitativo de la base monetaria añadimos, el incremento cualitativo de la velocidad de circulación del dinero, vía dinero plástico (tarjetas de debito y crédito) dará lugar más temprano que tarde, al pinchazo de la burbuja monetaria, de modo que el dinero no convertible, dejara de ser dinero y se convertirá en papel o plástico.
Dinero convertible es aquel que tiene valor propio, capaz de intercambiarse por otros bienes o/y servicios, sin que su valor, se lo de una autoridad que   certifique su acuñación.
Dinero convertible supone la desintermediación monetaria; operaremos en un sistema monetario internacional donde no habrá autoridades monetarias que fijen el tipo de interés o el volumen de dinero en circulación; será la privatización del sistema monetario internacional, hasta hoy día, la oferta monetaria es pública. Y lo es, no ya porque el banco central sea público, sino sobre todo porque, la oferta monetaria es planificada y no se rige por la oferta y la demanda.
Pero la ruptura del sistema monetario internacional no es el fin del capitalismo, dado que no se dan las bases necesarias para su destrucción,  porque  para ello se requiere que no se produzca la acumulación de capital (alimentación del sistema); y eso exigiría que todos los bienes y servicios fuesen públicos y no privados; (un bien es público cuando ningún individuo  económico lo puede acaparar e impedir el consumo o uso del mismo, a los demás). En segundo lugar, se requiere que la producción y/o distribución de bienes y/o servicios no produzca rendimientos o sea retorno de capital más intereses (n+1). Y en tercer lugar, la producción se destine al autoabastecimiento y no se oriente al mercado.
Solamente prediciendo y previniendo, el escenario donde nos vamos a situar, podremos diseñar políticas resolutorias de la crisis.
El valor “información”  sustituye al valor “dinero”, como este último sustituyo al valor “tierra” como eje del sistema. La posesión de dinero es condición necesaria, pero no suficiente para el consumo; el cual, el consumo, me refiero requiere además información o conocimiento y tiempo disponible. Información como conocimiento. Ejemplo de ello sería, si no se conducir o manejar una maquina de automóvil, no puedo comprar un coche, (compra como uso, no como cambio) lo que puedo comprar es un servicio de conducción. Y no solamente se necesita conocimiento y alcance para consumir, sino también tiempo abundante; ya que los nuevos bienes y servicios de la era tecnológica, precisa que el consumidor/usuario tenga bastante tiempo para consumir o usar esos bienes o servicios.
Ello implica una producción donde los individuos apliquen jornadas de trabajo cortas, para disponer de tiempo para el consumo y otras formas de prosumo (alvin tofler). Esto permitirá desarrollo económico sin crecimiento económico y sin inflación.
¿Cuándo estallará la burbuja monetaria? Cuando el valor “confianza” desaparezca en el gran público (demanda); hasta ahora la falta de confianza se ha producido, por el lado de la oferta en el sistema financiero (bancos, hipotecarias, aseguradoras….) y eso ha sido lo que ha provocado la crisis financiera; nadie se fía de nadie y nadie presta a nadie, porque ni ellos mismos saben el valor de sus balances; este colapso ha sido amortiguado provisionalmente por la banca emisora; pero pese a las fuertes y grandes cantidades de dinero puesto en circulación, no se ha logrado que este bombeo llegue a la economía productiva, porque la banca o sector financiero se lo ha tragado todo y necesita más por la implosión que ha generado el estallido de la crisis.
Esta incertidumbre sobre el valor de los activos financieros, hipotecarios, corporativos y de deuda pública impide crecer el crédito. Impide crece el crédito en cuanto los inversores le asustan el déficit público y el endeudamiento (medido en términos de P.I.B), lo que le impide invertir y hace que la banca no pueda abastecerse en los mercados mayoristas y tenga que intervenir los bancos emisores (centrales) con una liquidez ilimitada para los bancos pero sin efecto multiplicador en el crédito, por la mencionada incertidumbre sobre el valor de los activos y solvencia de estas empresas y el sector en general.
Está claro que no habrá solución, mientras lo que lo hacen mal su trabajo, no tengan sanción. Así la banca privatiza beneficios (aparentes) y socializa perdidas (reales); deja de cumplir la función económica y social que el sistema le encomienda. Y deja de funcionar la selección darwiniana de los más eficientes del mercado sobreviven. Según las leyes del mercado, los que no hacen bien su trabajo son expulsados de mercado, lo que implica, que si los recursos públicos se ponen a disposición de la banca privada para socorrerla y salvarla, implica que sus nuevos acreedores: los contribuyentes, son sus nuevos amos o propietarios.
En suma, si la gestión del sistema financiero no se aplican las reglas del mercado, por las cuales los menos eficientes son eliminados del mercado, a causa de los costes sociales y económicos  que genera su pervivencia, obliga a la socialización del sistema financiero, pues de lo contrario, los banqueros no tendrán sanción por su mal hacer e incentivos para asumir riesgos, que pagaran otros y que se repetirán conforme varíe el tempo económico y político.
Esta es la paradoja del nuevo estadio del Capitalismo: privatización del sistema monetario junto a socialización del sistema financiero y las Políticas que conduzcan a esta superestructura jurídico-política e institucional acortaran la crisis  y permitirán salir de ella.



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