sábado, 29 de agosto de 2015

EDAD NEOMEDIA.

La  izquierda transmite la idea de que la derecha protege a los poderosos, a los ricos y que ellos, los de la izquierda van a quitar, a los de arriba, para dárselo a los de abajo.
Si la derecha no se quita ese sambenito, no podrá ganar. Esta idea interiorizada e inoculada se transforma en creencia.
Esta izquierda vende ahora, que los transversales, los no ideológicos, son derecha disfrazada, que son unos pijos, palabras textuales de……En una palabra sobran descalificaciones, faltan argumentos. Una  mercadotecnia simple, corta y directa, sin entrar en el contenido o sea política como espectáculo de consumo de los redentores de almas insatisfechas y resentidas por el orden existente. No aceptar el orden existente, es no aceptar la escala de valores reinante por las que unos se subordinan a otros para conseguir fines y objetivos comunes y así a modo de ejemplo para que ahorrar, para ser el más rico del cementerio, avaro, acaparador, es algo carca, trasnochado…..gástatelo; sin ahorro no hay inversión y sin inversión, no hay empleo.
La no aceptación de un destino colectivo, esa lucha que nos envuelve, la resignación de aceptarlo es algo inevitable, que hace que pase por la vida de una manera necesariamente insatisfecha. Esa insatisfacción, esa represión conlleva un vivir atormentado que posibilita el populismo, que utiliza las reglas de la alternancia, para una vez llegado al poder, destruirlas para perpetuarse en régimen, confundiéndose partido y gobierno y así suprimir cualquier fuente de contrapoder.
Se necesita para ello, la implantación de un consenso generalizado para aplicar una escala de valores como esfuerzo, ahorro, innovación…..para evitar la esclerosis social procedente de la partidocracia, que no son más que grupos de personas organizadas en partidos políticos, que extraen al resto de la sociedad recursos, vía: tributos, privilegios y regulaciones justificándolo en el nombre del progreso,  la justicia social, la democracia….
La derecha por su parte, ya no puede narrar el cuento de de la vaca lechera, por él cual, ellos los de siempre, saben que para que se pueda ordeñar la vaca, hay que darle de pastar, para que la vaca siga produciendo leche y eso ellos, lo saben hacer como nadie, en cuanto son excelentes mamones, en tanto los de la  izquierda, como nunca han mamado dado que siempre han sido unos muertohambres, cuando cogen la vaca, la destrozan y no le dan de pastar, para que siga produciendo leche. Pero ocurre, que la vaca no produce leche, ni con ellos ni con los otros, porque la vaca esta seca por la codicia cortoplacista.
En este contexto, los hijos de los de en medio pasan a engrosar las filas de los que están abajo, de manera que nunca alcanzaran la seguridad y el confort material de sus padres, cuyo ahorro privado (herencias) es confiscado por el Estado para mantener y hacer crecer el ahorro corporativo. La ampliación y amplificación de las bases sociales de los de abajo, por el exterminio que se produce, en los de en medio, posibilita y sustenta, el ascenso del populismo como producto político, que certifica socialmente la mutación de clases sociales en masas y el advenimiento de una edad neomedia que consagra el estancamiento y  la esclerosis social e histórica.



Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 11 de agosto de 2015.


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