sábado, 30 de mayo de 2020

LA PAZ SOCIAL.


LA PAZ SOCIAL.

La paz social es mantener y sostener a la chusma parasitaria para que no arme bronca y así legitimar el orden establecido.
La chusma parasitaria está conformada por dos clases: los de abajo, que son los que arman bronca, sino les da migajas y los de arriba, que viven del sistema, pero sin contribuir al sistema ( de todos es conocido como los oligarcas escapan del fisco) y que son los que comen a diario banquetes y comilonas.
La contraparte a las clases parasitarias las conforman las clases productivas (clases medias y trabajadoras) que son gentes productivas, que viven del sudor de su frente y que ven como en nombre de la solidaridad , la igualdad, la progresividad, y no sé que cuantos mantras mas, los parásitos de arriba reparten los frutos que los productivos obtienen, pero que no se reparten sus sudores. En este proceso fracciones de las clases productivas al tomar conciencia de su situación, se les inocula el virus parasitario y así el número de productivos decrece.
Cuando el expolio de las clases medias y trabajadoras se incrementa, su número aminora y con ello, su función como contraparte del sistema se debilita, que de ir a mas produce la quiebra del sistema con la consiguiente rebelión (revolución) de las clases medias y trabajadoras, que se asustan cuando la chusma parasitaria de abajo se unen para armar bronca (etapa revolucionaria de terror).
Con ello la historia se hace cíclica o circular y romper este bucle supone la necesidad de la construcción de un orden social de erradicación de clases parasitarias y la supremacía absoluta de clases productivas que supondría un hito histórico al suprimir categorías históricas como elites y masas (amos/esclavos, señores/siervos, capitalistas/obreros, jefes/empleados…..) y esa sería la verdadera revolución histórica.
Ni que decir tiene en el estadio histórico que estamos de empobrecimiento y aminoración de clases productivas y de como el COVID 19 acelera un proceso que ya estaba iniciado y que requiere de un reajuste organizativo que reparta sudores y no los frutos y con ello la expansión de las clases productivas.

Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 30 de mayo 2020.


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