sábado, 31 de mayo de 2025

Erase una vez…

 

Erase una vez…


Erase una vez un niño que creía en los reyes magos y en el ratoncito perez, lo cual le hacía muy feliz, cuando los reyes venían de oriente o se la caía un diente de leche Un día descubrió que era mentira lo que le habían contado y esto le provoco una gran contrariedad e infelicidad. Mientras duro la creencia, la ilusión era enorme y la ilusión que es la energía vital, la energía de la vida se desvaneció. Su mundo se rompió, los juguetes no eran producto de lo bien que se había portado, de lo bueno que había sido, los juguetes con los que era obsequiado eran producto de la capacidad económica de sus padres. A los pocos años había crecido y la Democracia llegaba a este país, llamado España y le contaron otro cuento que creyó y que era que todos los hombres son iguales y que un hombre, un voto; que un voto una opinión y que todas las opiniones eran respetables. Fíjense que todas las opiniones eran respetables, sin ahondar en su contenido; era el triunfo de “la ignorancia activa” . Mediante esta narrativa se creaban las condiciones necesarias para la demagogia, la partidocracia generaría las condiciones suficientes. Esta narrativa permitía que los individuos opinasen sobre cualquier materia, el sistema socio ambiental lo habilitaba, que opinase sobre lo que no entendía, sobre lo que no estaba formado y eso propiciaba y propicia su manipulación, el engaño por los profesionales de la mentira y el chantaje y que el sistema llama “clase política” y que lo inundan todo: administración de justicia, fuerzas armadas, fuerzas de seguridad, banca central, …..y todo se corrompe y degrada. Pero los gobiernos van y vienen, los concejales van y vienen, pero los burócratas permanecen y son los que verdaderamente gobiernan, a la sombra, pero gobernando, porque ellos conocen y saben de lo que están tratando. Los burócratas no están para proteger al ciudadano, ellos están para controlar al ciudadano y no rinden cuentas porque no son responsables patrimonialmente ni dependen del voto. Son inmunes y no se les puede echar como a los políticos, sus plazas son perpetuas, lo hagan bien o mal.

A estas altura de la vida, ya no creo en el cuento de la democracia y no creo porque descubrí que era mentira y solo espero la llegada de un nuevo redentor político que diga que nos redima del actual para que haga lo mismo que el anterior, en un bucle sin fin. Fíjense que cuando dicen que “España va bien o estamos en la champions leage”, el absentismo laboral se dispara y la mierda de la corrupción brota a lo bestia, es que nos encaminamos a crisis terribles en un bucle interminable.

Hagan un ejercicio de ucronía, por el que se destituye y sustituye el funcionariado por software, los presupuestos públicos y programas políticos por contratos inteligentes en la cadena de Cardano…….en eso creo yo.

Al menos en mi ucronía mando yo, como el jornalero de Antequera mandaba en su hambre cuando el cacique le pedía el voto. Mandar en vuestra hambre porque si lo hacemos todos, desaparece el hambre en y de la Historia.

Amén.



Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 31 de mayo de 2025.


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