sábado, 16 de noviembre de 2019

EL ENCANTAMIENTO DEMOCRÁTICO: CRÓNICA DE UN EX-AFILIADO POLÍTICO DEMOCRACIA 7parte


EL ENCANTAMIENTO DEMOCRÁTICO: CRÓNICA DE UN EX-AFILIADO POLÍTICO
DEMOCRACIA 7parte
Cuando te afilias a un partido político crees que te unes a un grupo imbuido por una afinidad de ideas, valores, creencias, actitudes… crees que entras en una fraternidad, en una hermandad que comparten contigo esas ideas, valores, creencias, actitudes…..referidas; pero no es así, es mas, en poco tiempo aprecias, si colaboras activamente, que otros militantes te ven como una amenaza para sus intereses personales.
Que lo que aportas al bien de común del partido se torna como una amenaza para ellos,
te vas dando cuenta que no hay espíritu fraterno, que los amigos que haces, lo son de mentirijillas, de pura conveniencia y que los enemigos que haces también, lo son de verdad y de gran calado.
En esa atmósfera social de competencia entre afiliados por ocupar cargos se desvanece el espíritu que te llevo a afiliarte. Que no son las ideas el principio motor de la afiliación, sino que las ideas son un vehículo o mejor dicho un disfraz, que esconde sus ansias personales de poder, estatus, dinero, reconocimiento personal…. Y en ese orden de cosas, el funcionamiento informal de los partidos políticos esta viciado. La ideología es una excusa, el partido un vehículo y todo ello repito, para obtener un incremento de rentas, estatus, reconocimiento y estima social y en lo que por tanto todo vale con el fin de obtener el deseo u objetivo personal; los objetivos colectivos o sociales son un mero pretexto.
Las fuerzas políticas proponen, dicen, no sé cuantos mantras democráticos como por ejemplo la separación de poderes dentro del Estado, pero luego tú, cuando estas dentro del partido y lo vives intensamente aprecias que predican una cosa en los estatutos y hacen otra, de manera que esa separación de poderes dentro del partido político no existe y así los órganos jurisdiccionales del partido no velan por la integridad estatutaria y demás normativa de desarrollo y dependen de facto del caudillo del partido político. Lo que predican para el Estado no lo aplican en el seno del partido y ese funcionamiento informal interno que se vive en el partido se replicara cuando ocupen y colonicen las diversas administraciones públicas o sea replicaran un modo de operar viciado donde la transparencia y rendimiento de cuentas “reales” brilla por su ausencia. Todo se barniza con un discurso “democrático” hacia fuera, que cuando se profundiza hacia dentro queda en la dictadura del “voto” para perpetuación en el poder.
Pero el barniz “democrático” funciona y la Democracia seduce. La democracia vende la idea o principio mejor dicho “de un hombre, un voto”; de que todos somos iguales para la Democracia y crea esa ilusión o “encantamiento quijotesco” por la que se crea la mejor de todas las dictaduras: una cárcel sin barrotes. Está “dictadura democrática” crea una cárcel social en la que todos sus presos se creen libres y además “votan”.
Para pilotar un barco o un avión se requiere de unas competencias y destrezas que son determinadas y aprobadas por comités de expertos que seleccionan a los aspirantes para tripular dichas naves. El riesgo de no seleccionar correctamente conlleva la muerte de pasajeros.
Por analogía la nave del Estado tendría que ser seleccionada y no elegida porque el número de muertes a causar es muchísimo mayor y los filtros tendrían que ser mas exigentes, pero esto choca con el “encantamiento quijotesco” de la Democracia, de lo políticamente correcto y así tenemos lo que sostenemos.
Tu puedes elegir cuando los determinantes de la elección proceden de la voluntad política, pero cuando los determinantes de la elección proceden del conocimiento, la voluntad política no prima y si la voluntad de conocer.
Cuando tienes un problema y conoces la solución, las otras alternativas de solución no valen y no pueden ser elegidas.
La solución puede tener varios caminos o metodologías de alcance, pero es solo una para ese problema uno; se trata de conocer y no de elegir, de depurar el voto y solo así podremos iniciar el proyecto de mutar a los votantes en ciudadanos y entonces y solo entonces poder vivir y convivir en una “Democracia real”.

Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 4 de octubre de 2019.





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