EL ENCANTAMIENTO DEMOCRÁTICO: CRÓNICA DE UN EX-AFILIADO POLÍTICO DEMOCRACIA 7parte
EL ENCANTAMIENTO DEMOCRÁTICO: CRÓNICA DE UN EX-AFILIADO POLÍTICO
DEMOCRACIA 7parte
Cuando te afilias a
un partido político crees que te unes a un grupo imbuido por una
afinidad de ideas, valores, creencias, actitudes… crees que entras
en una fraternidad, en una hermandad que comparten contigo esas
ideas, valores, creencias, actitudes…..referidas; pero no es así,
es mas, en poco tiempo aprecias, si colaboras activamente, que otros
militantes te ven como una amenaza para sus intereses personales.
Que lo que aportas
al bien de común del partido se torna como una amenaza para ellos,
te vas dando cuenta
que no hay espíritu fraterno, que los amigos que haces, lo son de
mentirijillas, de pura conveniencia y que los enemigos que haces
también, lo son de verdad y de gran calado.
En esa atmósfera
social de competencia entre afiliados por ocupar cargos se desvanece
el espíritu que te llevo a afiliarte. Que no son las ideas el
principio motor de la afiliación, sino que las ideas son un vehículo
o mejor dicho un disfraz, que esconde sus ansias personales de poder,
estatus, dinero, reconocimiento personal…. Y en ese orden de cosas,
el funcionamiento informal de los partidos políticos esta viciado.
La ideología es una excusa, el partido un vehículo y todo ello
repito, para obtener un incremento de rentas, estatus,
reconocimiento y estima social y en lo que por tanto todo vale con el
fin de obtener el deseo u objetivo personal; los objetivos colectivos
o sociales son un mero pretexto.
Las fuerzas
políticas proponen, dicen, no sé cuantos mantras democráticos
como por ejemplo la separación de poderes dentro del Estado, pero
luego tú, cuando estas dentro del partido y lo vives intensamente
aprecias que predican una cosa en los estatutos y hacen otra, de
manera que esa separación de poderes dentro del partido político
no existe y así los órganos jurisdiccionales del partido no velan
por la integridad estatutaria y demás normativa de desarrollo y
dependen de facto del caudillo del partido político. Lo que predican
para el Estado no lo aplican en el seno del partido y ese
funcionamiento informal interno que se vive en el partido se
replicara cuando ocupen y colonicen las diversas administraciones
públicas o sea replicaran un modo de operar viciado donde la
transparencia y rendimiento de cuentas “reales” brilla por su
ausencia. Todo se barniza con un discurso “democrático” hacia
fuera, que cuando se profundiza hacia dentro queda en la dictadura
del “voto” para perpetuación en el poder.
Pero el barniz
“democrático” funciona y la Democracia seduce. La democracia
vende la idea o principio mejor dicho “de un hombre, un voto”; de
que todos somos iguales para la Democracia y crea esa ilusión o
“encantamiento quijotesco” por la que se crea la mejor de todas
las dictaduras: una cárcel sin barrotes. Está “dictadura
democrática” crea una cárcel social en la que todos sus presos se
creen libres y además “votan”.
Para pilotar un
barco o un avión se requiere de unas competencias y destrezas que
son determinadas y aprobadas por comités de expertos que seleccionan
a los aspirantes para tripular dichas naves. El riesgo de no
seleccionar correctamente conlleva la muerte de pasajeros.
Por analogía la
nave del Estado tendría que ser seleccionada y no elegida porque el
número de muertes a causar es muchísimo mayor y los filtros
tendrían que ser mas exigentes, pero esto choca con el
“encantamiento quijotesco” de la Democracia, de lo políticamente
correcto y así tenemos lo que sostenemos.
Tu puedes elegir
cuando los determinantes de la elección proceden de la voluntad
política, pero cuando los determinantes de la elección proceden del
conocimiento, la voluntad política no prima y si la voluntad de
conocer.
Cuando tienes un
problema y conoces la solución, las otras alternativas de solución
no valen y no pueden ser elegidas.
La solución puede
tener varios caminos o metodologías de alcance, pero es solo una
para ese problema uno; se trata de conocer y no de elegir, de depurar
el voto y solo así podremos iniciar el proyecto de mutar a los
votantes en ciudadanos y entonces y solo entonces poder vivir y
convivir en una “Democracia real”.
Francisco Anaya
Berrocal, en Málaga a 4 de octubre de 2019.
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