EL DARSE CUENTA
EL DARSE CUENTA
La culpa la tiene el presidente del gobierno, la culpa la
tiene mi patrón, la culpa la tiene mi mujer, la culpa la tiene siempre alguien, alguien a quien criminalizar y cuando no, la culpa la
tiene algo o las circunstancias. No nos
miramos a sí mismos y no nos
visualizamos nuestros adentros, sin darnos cuenta que nosotros somos parte del
problema, de que algo hemos hecho mal, de que una cuota de culpa es nuestra y
solo nuestra. Todo ello es consecuencia
de un sistema político social que
pregona derechos y silencia obligaciones, para así captar y cautivar el voto.
Los capturadores del voto -y en política el voto es lo que
el dinero es a la economía- en su
competición electoral no predican ni incentivan al electorado (mercado
político) de “que puedo yo hacer por mi país”, “que puedo yo hacer por mi
ciudad”, sino que son abastecedores del “que me vas a dar a cambio del voto”. Y
es en ese comercio inmoral sobre el que se sustenta y se cimenta la democracia
en que vivimos o dedocracia, según se
mire. En esta mercantilización del voto, el votante termina por decidir que se
hace con el dinero del contribuyente, el cual
no se rebela al estar incapacitado para ello, por los fundamentos y
razonamientos de lo políticamente correcto y que traducido en términos vitales se llama ser solidarios
en los frutos pero no ser solidarios en los sudores. Con ello la clase media es
exterminada por los parásitos de arriba y los parásitos de abajo.
En esta descomposición social, nadie hace nada y la culpa
como no, la tienen los políticos.
Evidentemente y yo no los voy a defender, los políticos en
ultimo termino son la expresión de la sociedad en ese ámbito y el resto de la
gente no es mejor. ¿Cuántos le pagan la factura con IVA al fontanero? ¿De qué
estamos hablando? Vivimos en una sociedad basada en el engaño. El mecánico de
lavadora engaña a la ama de casa y se aprovecha de su ignorancia en mecánica de
lavadora; este mecánico de lavadora luego es engañado por el dentista que le
dice que tiene 6 averías en la boca, cuando tiene tres; a su vez el dentista es
estafado con la adquisición de productos
financieros que le ha expendido el marido de la ama de casa del inicio de esta
farsa. En ese escenario de engaño y desconfianza fundamentada vivir se complica
y la corrupción no está en la `política, sino en la calle en general. La
corrupción existe porque la sociedad es corrupta y los políticos son corruptos
no porque la política sea un asco, que lo es, sino porque la sociedad es un
asco; a los políticos no los han parido madres especiales, brotan de la propia
sociedad.
“El darse cuenta” de que si nosotros no cambiamos, la
política no cambiara. Al final se trata de ser bueno y no contar mentiras, como me decían las monjas.
Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 8 de marzo de 2018.
2 comentarios:
LO VOY A COMPARTIR EN MI MURO, ESTA REFLEXIÓN ES MUY SINCERA Y NECESITA SER VIRALIZADA. SALUDOS DESDE MÉXICO.
Gracias por tu detalle y recibe un cordial saludo desde Málaga.
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