jueves, 8 de marzo de 2018

EL DARSE CUENTA


EL DARSE CUENTA
La culpa la tiene el presidente del gobierno, la culpa la tiene mi patrón, la culpa la tiene mi mujer, la culpa la tiene siempre  alguien, alguien  a quien criminalizar y cuando no, la culpa la tiene algo o las circunstancias.  No nos miramos a sí mismos y no  nos visualizamos nuestros adentros, sin darnos cuenta que nosotros somos parte del problema, de que algo hemos hecho mal, de que una cuota de culpa es nuestra y solo nuestra. Todo ello es consecuencia  de un sistema  político social que pregona derechos y silencia obligaciones, para así captar y cautivar el voto.
Los capturadores del voto -y en política el voto es lo que el dinero es a la  economía- en su competición electoral no predican ni incentivan al electorado (mercado político) de “que puedo yo hacer por mi país”, “que puedo yo hacer por mi ciudad”, sino que son abastecedores del “que me vas a dar a cambio del voto”. Y es en ese comercio inmoral sobre el que se sustenta y se cimenta la democracia en que vivimos  o dedocracia, según se mire. En esta mercantilización del voto, el votante termina por decidir que se hace con el dinero del contribuyente, el cual  no se rebela al estar incapacitado para ello, por los fundamentos y razonamientos de lo políticamente correcto y que traducido  en términos vitales se llama ser solidarios en los frutos pero no ser solidarios en los sudores. Con ello la clase media es exterminada por los parásitos de arriba y los parásitos de abajo.
En esta descomposición social, nadie hace nada y la culpa como no, la tienen los políticos.
Evidentemente y yo no los voy a defender, los políticos en ultimo termino son la expresión de la sociedad en ese ámbito y el resto de la gente no es mejor. ¿Cuántos le pagan la factura con IVA al fontanero? ¿De qué estamos hablando? Vivimos en una sociedad basada en el engaño. El mecánico de lavadora engaña a la ama de casa y se aprovecha de su ignorancia en mecánica de lavadora; este mecánico de lavadora luego es engañado por el dentista que le dice que tiene 6 averías en la boca, cuando tiene tres; a su vez el dentista es estafado con  la adquisición de productos financieros que le ha expendido el marido de la ama de casa del inicio de esta farsa. En ese escenario de engaño y desconfianza fundamentada vivir se complica y la corrupción no está en la `política, sino en la calle en general. La corrupción existe porque la sociedad es corrupta y los políticos son corruptos no porque la política sea un asco, que lo es, sino porque la sociedad es un asco; a los políticos no los han parido madres especiales, brotan de la propia sociedad.
“El darse cuenta” de que si nosotros no cambiamos, la política no cambiara. Al final se trata de ser bueno y no contar mentiras,  como me decían las monjas.




Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 8 de marzo de 2018.


2 comentarios:

A las 17 de marzo de 2018, 6:29 , Blogger Unknown ha dicho...

LO VOY A COMPARTIR EN MI MURO, ESTA REFLEXIÓN ES MUY SINCERA Y NECESITA SER VIRALIZADA. SALUDOS DESDE MÉXICO.

 
A las 19 de marzo de 2018, 20:33 , Blogger francisco anaya berrocal ha dicho...

Gracias por tu detalle y recibe un cordial saludo desde Málaga.

 

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