sábado, 9 de septiembre de 2017

PINCHAR EL ESTADO DEL BIENESTAR DE LA CLASE POLÍTICA O EL ALZAMIENTO DE LA SOCIEDAD CIVIL.

PINCHAR EL ESTADO DEL BIENESTAR DE LA CLASE POLÍTICA O EL ALZAMIENTO DE LA SOCIEDAD CIVIL.
La crisis económica nos ha traído cambios  que han generado un trauma social, en cuanto que el confort y la seguridad que reportaba “el estado del bienestar” se desmorona por la crisis fiscal del Estado.
Nuestra estructura jurídico-política e institucional no puede dar solución al problema existente  en base a que forma parte del problema; es una de las causas de nuestra crisis económica  y en último término moral. Y uno de los elementos que más contribuido a ello, es  nuestro sistema político: ha sido el subsistema de partidos políticos que se halla principiado e informado por una estructura interna de funcionamiento y organización carentes de democracia interna, la que posibilita la crisis. Esta falta de democracia interna dentro de los partidos políticos, que lo corrompe todo como un virus que se propaga por todo el sistema social y solo su erradicación, nos permitirá salir de la crisis en la que estamos alojados.
Los partidos políticos de nuestro sistema político se diferencian por su ideología, por la composición social de sus votantes y de sus militantes, por su demarcación territorial, pero en lo relativo a su estructura interna son iguales: ya que su modo de funcionamiento  e organización no son democráticas, sino piramidales, con un funcionamiento en modo vertical, “de arriba abajo” y no “de abajo a arriba”, que es como se construye el proceso democrático, junto al funcionamiento en modo horizontal de militante a militante sin el filtro de cargos y órganos superiores.
La rehabilitación del sistema pasa por la implantación e implementación en el seno de los partidos de estructuras internas democráticas, cuyo engranaje sea de abajo a arriba y para ello los votantes o siervos del sistema han de mutarse en ciudadanos; tienen que dejar de ser sujetos políticos pasivos, que solo votan, cuando votan y transformarse en sujetos políticos activos que participan en la vida pública en particular y en la vida colectiva en general.
Esta participación en la vida social y política, en la vida de la comunidad ha de ser civil más que política, vía asociaciones,  ya sean sectoriales o temáticas u territoriales como las vecinales en tanto en cuanto en dichas asociaciones no se pueden obtener réditos pecuniarios  personales. Las asociaciones canalizan y permiten generar participación activa de sus integrantes siendo los beneficios colectivos y los beneficios particulares de índole moral o social  como estatus, prestigio, fama………pero no genera retribuciones pecuniarias como acontece con los cargos públicos y asimilados como cargos de confianza y técnicos que alimentan y nutren a los regimientos de súbditos y correveidiles de partido que conforman las maquinarias de los susodichos partidos políticos.
Pinchar la burbuja política, el estado del bienestar de la clase política, del sistema político,……que no lo van hacer ellos, ellos no se harán el harakiri y tendremos que ser nosotros como sociedad civil, -pues nadie va a hacer el trabajo por nosotros, ni es deseable que así sea,-la que tiene que despertar de este letargo de inanición política y recuperar no solo los derechos civiles, sino el ejercicio de dichos derechos civiles,  que secuestrados por el orden político existente, que los ocupa y coloniza, nos esclaviza y aborrega.
El asco y nauseas que se siente por la política y la clase política y que lleva a parte de la población a inhibirse por los asuntos públicos y colectivos en general es el conducto social que necesita el actual entramado político para perpetuarse en el poder y por tanto imponer su voluntad de casta o clase política.
“El darse cuenta, en el ahora presente” que solo la activación civil nos sacará de este trauma; pues de lo contrario nos conducirá a una nueva edad media (neo media), a una nueva etapa de estancamiento y retroceso de la Humanidad en la historia de las civilizaciones.
Es nuestra organización jurídica-política e institucional como superestructura la causa y no la consecuencia de nuestro modelo de crecimiento y desarrollo económico.
Y solo si mutamos el modelo de hacer dinero, de ganar dinero, de ganancias de capital al día de hoy basado en la obtención de beneficios cortoplacistas, -que se traducen a posteriori o largo plazo en pérdidas que se socializan- procedentes de la creación de normas que crean demandas ficticias pero obligatorias, de subvenciones, contratas amañadas….etc. por un modelo fundamentado en la innovación tecno científica y organizativa guiado por la eficiencia económica y la equidad social saldremos de este atolladero histórico.


Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 19 de agosto de 2017.

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