domingo, 21 de junio de 2020

DESPOLITIZAR LA ECONOMÍA


DESPOLITIZAR LA ECONOMÍA

Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.1

En mi último ensayo expresaba que la demanda no crecerá por incremento de renta, sino por incremento de conocimiento y tiempo2. En la teoría económica clásica el consumo se incrementa al obtener crédito para financiar este consumo y disminuye al vencer y amortizar dicha deuda. Últimamente lo que es amortizar deuda en términos netos no se conoce, ya que la deuda amortizada lo es en base a la emisión de mas deuda o nueva deuda incrementada; de manera que esta deuda ya no financia consumo y si servicio e amortización de deuda, en su mayor parte. En este proceso el dinero creado ya sea vía deuda o incremento de la base monetaria no llega o lo hace en menor volumen a la economía real y los rendimientos de los estímulos monetarios se evaporan y no llegan a la economía real, pues conforme se incrementa la base monetaria se reduce la velocidad de circulación del dinero.
A principio de siglo xx para gozar de una maquina de automóvil se necesitaba dinero, bastante dinero puesto que solo estaba al alcance de muy pocos y si no sabía conducir se alquilaba los servicios de un chófer que valía menos dinero que el coche. Por lo tanto el consumo dependía del dinero, dependía de la capacidad económica adquisitiva.
Hoy en el mundo que vivimos hay muchos bienes y servicios cuyo consumo no solo depende del dinero para adquirirlo, sino que necesitamos conocimiento personal para su consumo; no podemos alquilar a un chófer para consumirlo, lo mismo, que no podemos contratar a otra persona para que coma o cague por nosotros. Tenemos que ser nosotros que nos dotemos de información y formación para poder consumir esos bienes o servicios. Necesitamos capacidad adquisitiva formativa.
Decía Mario Benedetti que cuando sabíamos las respuestas nos cambiaron las preguntas. La teoría respondía a situaciones que ya no se dan. Dicen que la deuda existente a nivel mundial es impagable y en la medida que este hecho sea contrastable, el sistema se desmorona.
Alvin Toffler3 acuño el término “prosumo” para aquellas actividades productivas destinadas al autoconsumo o sea fuera del mercado y por ahí es por donde puede crecer nuestro consumo y que depende de disponer de tiempo libre y conocimientos para producir bienes o/y servicios para nuestro consumo y/o uso.
¿pero que hacemos? Seguir con las respuestas ya caducadas como son los estímulos monetarios y fiscales.
Si crecen las actividades de prosumo al no realizarse para el mercado, no son tributables y por ello no le afecta; otro hecho es la idoneidad y necesidad de los estímulos fiscales por razones de eficacia económica y de equidad social.
La pregunta es ¿vivimos en una sociedad capitalista?
La repuesta se responde con múltiples respuestas:
¿el volumen y composición del gasto público se define por criterios de mercado o por criterios de planificación centralizada?
¿El precio del dinero lo definen los bancos centrales fijando el tipo de interés (o volumen monetario) o lo define el libre mercado4? ¿se imaginan pagar el IRPF español en dólares canadienses y el impuesto de sociedades alemán en dólares australianos a voluntad del contribuyente y no en la moneda que impone el estado de turno?
¿se imaginan que el sistema de reserva fraccionaria desapareciera y los bancos no pudieran crear dinero vía prestamos otorgados por un volumen superior a los depósitos recibidos?
La superación de la crisis obliga a un crecimiento de la productividad de manera persistente y consistente que deriva de la transferencias de costes de las empresas en la producción y/o distribución de bienes y/o servicios al consumidor o usuario que se muta también en productor. Y esto es extensible a los bienes y servicios públicos con la participación y colaboración de los ciudadanos en su producción y/o distribución (extitucionalización). No se pueden regalar bienes a cambio de votos; este sistema ha caducado.
El crecimiento de la productividad tiene que ser mayor que el crecimiento de los ingresos y el crecimiento de los ingresos mayor que el crecimiento de la deuda para así recuperar el terreno perdido en el territorio del tiempo, dado que deuda es el consumo de riqueza del futuro. Esto nos lleva a que no podemos iniciar procesos irreversibles, de que no podemos elegir gobernantes que toman decisiones cuyas consecuencias a ellos no les afecta porque no estarán. Hemos consumido el dinero que teníamos y el dinero que no teníamos osea el dinero de nuestros hijos y les dejamos un mundo en ruina, un mundo cargado de deudas. Hay que ahorrar, amortizar deuda y autoconsumir.
Solo el mercado puede descubrir la cantidad optima de dinero y no la autoridad monetaria. Si sometemos el dinero al proceso de mercado podremos hacer una mas eficiente y mejor asignación de recursos y con ella viene la productividad.
En el orden capitalista las empresas mas eficientes eliminan a las mas deficientes produciéndose una destrucción creativa5 y el Estado no puede detener este proceso continuo de innovación. Sin embargo apreciamos un mercado donde las compañías eficientes no pueden crecer al convivir con empresas muertas que son sostenidas por tasas de interés negativo y otras ayudas que le otorgan las autoridades monetarias y políticas y que se conoce como “capitalismo de amiguetes”. En este escenario el cálculo económico se distorsiona al formarse un conjunto de precios falsos por la injerencia política y que conlleva a la toma de decisiones de inversión y consumo sobre bases falsificadas.
Poner fin a este comercio de mentiras, de monedas falsas, de empresas zombis….es despolitizar la economía. Los mercados no son los Rothschild, Rockefeller….. sino millones y millones de personas comprando y vendiendo bienes, servicios, ideas, lugares…….








1- Mario Benedetti.
2- “El triunfo de la voluntad de conocer” en franciscoanayaberrocal.blogspot.com
3- Alvin Toffler “La tercera ola”. Prospectiva.
4- Friederich A.Hayek “La desnacionalización del dinero”. Escuela austríaca.
5- Joseph Schumpeter “Capitalismo, socialismo y democracia”



Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 21 de junio de 2020.

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