lunes, 30 de julio de 2018

DEMOCRACIA: 4 parte


DEMOCRACIA: 4 parte
Con partidos políticos no resolvemos, con democracia representativa …..no resolvemos.
No nos valen las herramientas del pasado para solucionar los problemas del presente, es más esas herramientas forman parte del problema, son el problema (partidocracia).
Los conceptos izquierda y derecha son términos del pasado; no tienen validez en el mundo de hoy, no sirven para explicar el mundo de hoy, no sirven para solucionar los problemas del mundo de hoy. Todo ello hace que estén invalidados para el mundo de hoy; pertenecen al pasado y el pasado como quien dice, no tiene futuro. Sin embargo los nostálgicos o ignorantes se aferran, queriendo solucionar problemas nuevos con recetas antiguas y para ello potencian “la ignorancia activa” por la que todos opinan sobre todo y eligen sobre lo que no tienen ni alcance ni conocimiento, bajo el paraguas de la democracia, que vende la idea de que todos somos iguales y que por tanto un hombre, un voto. Esto hace que elijamos y no seleccionemos.
Si los caladeros de votos se despolitizan, dejando de ser de derechas o de izquierdas por el asco de la gente por la política y los políticos, la transversalidad se impone y se impone, porque no se trata de ser de derechas o de izquierdas, sino de decencia; lo que vale son las obras, lo que se hace y no lo que se dice. Hablar es gratis, no cuesta dinero, hacer cosas o dejar de hacerlas, revelan y delatan.
Necesitamos otras herramientas, otros conceptos para diseñar y ejecutar las soluciones que requieren las amenazas a las que nos enfrentamos. El darse cuenta que el pasado no tiene futuro, que la legislación laboral existente no sirve para regular el trabajo que se ejecuta en plataformas virtuales, que no vale para regular nuevas formas de trabajo, nuevas relaciones sociales de producción y consumo que origina la economía colaborativa con el surgimiento de los prosumidores que ya vaticinara el prospectivista Alvin Tofler en “la tercera ola”, que la educación del futuro es la de formar ciudadanos planetarios que piensan en términos globales pero que actúan localmente; que las políticas monetarias son expansivas o restrictivas no en función de ideologías socialdemócratas o liberales, sino en función del ciclo económico bajista o alcista; Y así podríamos seguir………
El mundo que conocimos se desmorona y la falsificación de ideas desmaya nuestros pensamientos para la siembra de soluciones a los problemas que nos afligen. En ese contexto nadamos hacia la nada.
Necesitamos una revolución en la mente de cada persona, de manera que hacer el bien y no contar mentiras sea la guía de actuación de cada persona. ¿y como se hace eso?
Ya que si cada uno de nosotros en su conducta incrementa el bien y disminuye el mal, la sociedad mejora, muchos problemas dejan de serlo.
¿como se hace eso?
Si logramos transformar los mecanismos de promoción y ascenso social, de manera que la eficiencia, el esfuerzo, la economía y ahorro, el conocimiento sean los atributos dominantes y se impongan a los actuales de corrupción, nepotismo, clientelas y el intercambio de chantajes como moneda política lo habremos logrado.
Si logramos establecer como clave de éxito de los negocios la innovación que satisface necesidades reales, que derroca al modelo basado en la corrupción mediante la creación de normativas, concesiones, contratas….lo habremos logrado.
Y para todo ello, lo que se necesita es política, por la que cambiemos el modo de organización y funcionamiento de la sociedad o sea nosotros.
Que cambiemos el modo de operar en política. No se trata de ganar una discusión, de vencer al contendiente político, ni de convencerlo, sino de yuxtaponer nuestras ideas con las suyas, de combinar nuestras ocurrencias y soluciones con las suyas y de esa yuxtaposición conformar ideas de grupo, que nos validan como grupo, que nos definen como comunidad, no como suma de ideas contrapuestas, sino como ideario resultante de esa yuxtaposición de intereses personales en un proyecto común. Cuando en ese encuentro de ideas, ocurrencias, no es posible conformar soluciones validadas por todos porque emanan de sistemas de creencias contrarios, entonces la ruptura se abre paso.
La pluralidad es un almacén de soluciones para múltiples escenarios al cual no debemos renunciar, pero ello no quiere decir, que todo vale, que todo tiene cabida; al contrario un escenario dado y singular con una especificidad particular y concreta tiene una solución única e integral, al margen de que se pueda llegar por diversos caminos o metodologías a esa solución.
El problema estriba que elegimos y escogemos en función de nuestros intereses particulares y privados y no en función de intereses generales o colectivos. Elegimos en función de lo que nos conviene como particular y no como miembro de una comunidad, de tal manera que los intereses particulares, privados o territoriales terminan haciendo daño a la comunidad, al conjunto.
En ese orden de cosas unos elementos del conjunto se imponen a otros, por fuerza, sometimiento, otros por dependencia…….y así la armonía no fluye y sí la tensión y ello hace que no alcancemos la paz, estado virtual necesario para llegar a la verdad.
Ello conlleva a que vivamos en un mundo prostituido, carente de valores y moralidad, donde todo vale, que dice llamarse Democracia, cuando lo tendrían que llamar Demagogia o ¿tal vez el gobierno del pueblo es siempre demagogo?


Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 30 de julio de 2018.



0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio