La Señora Julia y “el darse cuenta” de Ortega.
Les voy a hablar de la Sra. julia. ¿Pero quién es la Sra.
julia? Es un ama de casa que compra lentejas y garbanzos para hacer de comer
entre otros menesteres. La Sra. julia se queja de las semillas, de lo malas que
son, de que vienen todas de fuera, de que todo está hecho un asco. La Sra.
julia va supermercados delta y compra garbanzos marca delta en octubre y le
salen duros, llega noviembre y los vuelve a comprar y se le despellejan, más
tarde llega diciembre y acontece igual, de modo que cambia de cadena de
supermercados y los compra en supermercados alfa con la marca alfa e igual le
acontece en el mes de enero, febrero y marzo.
Llega abril y se plantea si comprar o no garbanzos y yo le
pregunto a la Sra. julia, porque no va al tendero de la esquina, que me han dicho
que los trae de un pueblo ¿que pierde? Y ¿Cuánto puede ganar? Seguir comiendo
garbanzos. Se acerca al tendero y lee en la fachada: productos de proximidad en
establecimientos de cercanía, cuando entra en la tienda ve al tendero con un
broche de Cs abrochado al jersey y
folletos del partido de la ciudadanía, está hablando con un cliente al que le
recomienda que lea lo pequeño es hermoso de schumpter
Tenemos un virus incrustado en nuestro sistema político que
se llama corrupción y que se actualiza continuamente y requiere de un antídoto
y este se llama: regeneración: Cs
Votar ppsoe o partidocracia es votar corrupción, es seguir
comprando garbanzos en delta o en alfa. Demos una oportunidad, que es darnos
una oportunidad a nosotros mismos, a los que proponen reformar, regenerar,
reestructurar y hacer participar a los vecinos en los asuntos públicos para
fiscalizar el gasto público y la rendición de cuentas y memoria de actividades;
para hacer interiorizar y hacer gestionar a la Administración, lo que la
sociedad demanda al tiempo que facilita el empoderamiento vía extituciones.
Se trata de cambiar los modos y usos de hacer política, de
pasar del “y tú más” a procesos cooperativos
y colaborativos entre diferentes fuerzas políticas, una vez acabada la
contienda electoral para resolver los problemas de los vecinos; se trata de
despolitizar la política en el sentido de que adquiera supremacía el interés
general sobre el partidista o electoral, cuando no intereses particulares que
instrumentalizan a los partidos políticos vía lobbies o grupos de presión al
objeto de conseguir sus fines, por otra parte nada altruistas y sí egoístas.
Cambiar los modos y usos de hacer política es ganar las
elecciones para desarrollar y llevar a cabo el programa electoral que se tiene
y se sostiene, a diferencia del modo tradicional de hacer política consistente
en fabricar programas electorales para ganar las elecciones, de manera que la
llegada y arribada al gobierno es un fin en sí mismo, para mantener vía
tributos, privilegios y normas el orden existente; cuando el gobierno debiera
ser un instrumento o medio para conseguir fines basados y fundamentados en la
primacía del interés general, que se halla secuestrado al día de hoy por los
poderes ocultos o en la sombra que direccionan y redireccionan a la clase
política tradicional según le conviene.
Pero cambiar los modos y usos de hacer política requiere que
los gobernados dejen de ser votantes y se transformen en ciudadanos, que participen en la vida
política de un modo activo, que se involucren en los asuntos públicos, porque
solo así será posible la regeneración; pues de lo contrario se hará más de lo
mismo con otro formato y otro contexto.
¿Pero cómo se activa
a la gente? Como se fomenta la participación. Decirles que los
beneficios de la actividad política son públicos y no privados, de modo que no
se puede excluir a nadie de dichos beneficios; lo cual no es un incentivo para
la participación. A modo de ejemplo, vecinos de un barrio constituyen una
asociación de vecinos del barrio, pagando cuotas, destinando su tiempo y su
esfuerzo y logran mejoras para su barrio que por otra parte benefician a todo
el que viva en el barrio, independientemente de que no sea participe de la
asociación. O sea me beneficio sin aportar nada, gratis.
Esta dinámica ha ido generando un proceso de pasividad y
abstención entre la población, dado que obtenían beneficios con el sudor y el
dinero de otros, que ha hecho que los
pocos que participaban (políticos, sindicalistas, periodistas……) se
transformasen en casta oligárquica defendiendo intereses de clase y de auto
perpetuación independiente de la ideología que teóricamente defendían.
Esta pasividad de la población era alimentada con el “yo
tengo derecho” y la culpa es de los demás, de la sociedad, del presidente del
gobierno, del patrón, de mi mujer……sin preguntarse ¿qué parte de culpa tengo
yo, en los males que me afligen? A cambio de todo ello, se obtenía el voto, que
en política es el equivalente al dinero en el comercio.
Esta actitud parasitaria se extendía a otros ámbitos como el
emprendimiento, cuya carencia refleja el volumen de paro estructural en este
país, de manera que quien osaba iniciarse por dicha senda era considerado un
yacimiento de extracción de tributos para
gloria y mantenimiento de la partidocracia existente.
El agotamiento del sistema se refleja en el ocaso de las
fuerzas políticas tradicionales (ppsoe) y el alumbramiento de nuevas fuerzas
regeneracionistas “ciudadanos” o fuerzas rupturistas del sistema como
“podemos”. Ahora bien casar demandas sociales como limpiar el sistema sin
cambiar la actitud social y política de la gente no es posible; se hace
necesario esas ansias de limpieza se traduzcan en compromiso y acción social y
política de la gente; en darse cuenta que si nosotros no cambiamos, el sistema
no cambiará. Esa concienciación “del darse cuenta” orteguiano es paso obligado
para regenéranos a nosotros mismos y a partir de ahí comenzar la activación del
votante en ciudadano. Existen ya islas de empoderamiento y extituciones que
abren la Administración Pública; ese es uno de las sendas a seguir.
Tras esto la señora Julia, le pregunto al tendero ¿usted
vende garbanzos o ideas? el tendero le dijo que cuando probará los garbanzos repetiría
y entonces se daría cuenta, que todos
los vendedores de garbanzos no eran
iguales y que entonces, valga la redundancia, descubriría que otro mundo es
posible, que la vida es lucha, que nadie regala nada, pero que la ilusión es la
energía de las ideas como el fuego lo es a los garbanzos y siguió hablando a la
Señora julia “del darse cuenta”…………………………………..
Málaga a 8 de diciembre de 2015.
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