DEMOCRACIA
Mahatma Gandhi decía que la paz no era el fin, que la paz no
era el objetivo último, sino que la paz era el camino, un medio para alcanzar
la verdad. Si en esa ecuación
sustituimos, el término paz por democracia, resulta que la democracia no es la
meta final, sino un instrumento para educarnos políticamente en la verdad, en
un medio para alcanzara la verdad: fin supremo. Y ello es así, en cuanto en
tanto la democracia no es infalible y no es verdad pura, es falible. La
democracia es la expresión de la voluntad y la noluntad de la comunidad, de todos los
miembros que la conforman; tanto de los
que hablan como de los que callan, tanto de los que son decentes y dicen la verdad, como
de los que mienten, porque también son comunidad, también votan. Y es la
verdad, hallar la verdad, su certeza, el fin que nos encamina, pero mientras
tanto y vamos haciendo camino habremos de aligerar la mochila, ninguneando de
la misma a los que mienten, a los que juegan con las ganas y la ilusión de
muchos y utilizan el poder, para sus
metas personales de incremento de rentas, de incremento de status y pertenencia
al grupo de poder. ¿Y como se hace esto? Mediante la democracia participativa o sea la
participación de todos. Solo si somos capaces de regenerar en nuestro
microcosmos e implantar una verdadera democracia, solo entonces tendremos la
posibilidad de exportarla al conjunto de la sociedad.
Solo en estructuras opacas y cerradas germinan los
arribistas, crecen los trepas; en estructuras abiertas: no, en estructuras
participativas: no, en estructuras simétricas: no, en estructuras
transparentes: no.
El proyecto democrático es forjar, generar y consolidar una
comunidad, en la que cualquiera de sus miembros pueda emitir libremente su
opinión al tiempo que puede percibir y contrastar, la opinión de otros miembros
de la comunidad, para así, enlazar unos juicios con otros para formar
razonamientos de grupo, que nos cohesionan como comunidad, que nos valida como
comunidad estructurada.
El proyecto democrático requiere además de la capacidad de
poder ser oído y oído por el resto de la comunidad, sin el ninguneo del poder
establecido, sin el filtro del poder mediático. Porque la no participación de
todos es la mejor censura de la democracia.
El proyecto democrático es constituir y desarrollar
plenamente una comunidad política que habla consigo misma, en la cual la
democracia representativa es el brazo ejecutor de la democracia directa o
participativa, donde verdaderamente reside el poder, donde se toman las
decisiones políticas, donde se toman las decisiones colectivas y no como hasta
ahora, donde dicha toma se haya secuestrada por intereses particulares que se
anteponen a los generales, habida cuenta de la asimetría informativa que lo
posibilita entre otras causas.
La democracia es un modelo ideal en política como la
competencia perfecta lo es a la economía. No perder este axioma, evita no
perder el rumbo e ir salvando los obstáculos históricos que irán surgiendo en
el propio devenir de los acontecimientos. Porque ser ciudadano no es solo pagar
tributos de contribuyente y pagar precios como consumidor , -que es necesario
por otra parte- sino que es participar, aportando con arreglo a las capacidades
y habilidades de cada uno, pero voy a más, es involucrarse y ser oído y tenerse
en cuenta, la opinión de cada uno para conformar la decisión del grupo, de modo
que las decisiones y la política en su conjunto, no sea la de unos pocos como
ha venido ocurriendo y sea la de todos y cuando digo todos, son todos y para
ello el escenario donde se materializa es la democracia directa o
participativa, que preexiste y no la
democracia participada desde los poderes facticos en la que vivimos.
Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 21 de febrero de 2016.
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