domingo, 9 de octubre de 2016

SÚBDITOS DE PARTIDO.
La militancia de un partido la podemos clasificar en diversas categorías en función del fin perseguido, grado de compromiso…….
Así tenemos en función de la finalidad perseguida:
-los que van a servir al proyecto (crédulos y críticos postcrédulos)
-los que van a servirse del proyecto  (oficialistas y críticos)
Por otra parte en función del grado de compromiso tenemos:
-simpatizantes
-afiliados o pagadores de cuota
-militantes, que son afiliados que al aporte económico reportan participación y trabajo para el partido.
En función de la finalidad perseguida, los que van a servirse del proyecto siempre ganan a los que van a servir el proyecto y por eso el proyecto se vulnera, adultera y sucumbe en un más de lo mismo: partido político.
Su victoria está asegurada y lo está en cuanto su grado de compromiso es superior, porque le va la vida en ello. Es su proyecto de empleo y al cual dedican tiempo, maquinación y una voluntad manifiesta de alzarse con el proyecto.
La cúpula del partido escoge dentro de la militancia a aquellos que reúnen las condiciones para ser la voz, los ojos y oídos de la matriz en la periferia; para ser el partido en la periferia, como sucursal o franquicia, según el modelo de partido, pero que en cualquier caso es de funcionamiento de arriba abajo. Esos requisitos son de dependencia económica (en la vida civil no se ganan bien el sustento que ansían) y pobreza creativa para no hacer sombra a la matriz. Es la selección de los adversos. Al resto de la tropa afiliada se le permite participar como mano de obra gratuita, idas y retornos de carpas, cargas y descargas de carpas, inflar globos, actuar de maniquíes en las carpas, contar las bondades del programa………. Están participando en un proyecto  para construir una sociedad mejor conformada por una caterva de crédulos o toros bravos que entran al embuste porque son de raza, pero que conforme transcurre la lidia van tomando desarrollo y ven el embuste y  entonces el maestro de lidia (cúpula) aconsejado por sus subalternos (correveidiles), tiene que matarlo (bases expulsadas).
En esa dinámica acontece que mientras hay expectativas de crecimiento de voto  y que traducido al caso que nos ocupa: reparto de cargos, los militantes se ponen en cola, esperando que hay de lo mío, en una concatenación de correveidiles y que define quien es quien en el organigrama del partido. Mientras hay crecimiento o expectativas de crecimiento, todo marcha sobre ruedas; pero si se tuerce esta dinámica en decrecimiento sin expectativas recuperables, entonces deviene el canibalismo partidista, en cuanto hay menos botín que repartir entre más correveidiles; la cúpula mientras tanto se apodera de los salvavidas en caso de naufragio, le acompañan correveidiles atentos y de sustento.
En ese escenario los críticos crecen por la convergencia de dos afluentes:
-correveidiles desterrados del botín, que ha sido aminorado
-crédulos mutados a críticos por sentirse estafados
La tensión se palpa y la cúpula duda en aplicar represión en ese ambiente de depresión, porque se pueden quedar solos y entonces tengan que cargar y descargar las carpas los correveidiles que no huelen beneficios y lo que ello conlleva.
Al ruedo quieren salir espontáneos, que llevan debajo de la muleta borradores de estatutos, que quieren que el partido funcione de abajo a arriba. Son más lanzados, otros buscan apoderados, nunca mejor dicho, que les den una oportunidad por los cauces establecidos. En el fondo siguen siendo crédulos: los cauces establecidos
Posdata.: me han dicho que la ganadería no es buena y los toros son flojos, por lo que no triunfaran  y en su historial contará la oportunidad que tuvieron. Y es que el que no tiene padrino, no se bautiza. Con ello todo se legitima y el comercio de mentiras ha sido un éxito.

Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 25 de septiembre de 2016.

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