SÚBDITOS DE PARTIDO.
La militancia de un partido la podemos clasificar en
diversas categorías en función del fin perseguido, grado de compromiso…….
Así tenemos en función de la finalidad perseguida:
-los que van a servir al proyecto (crédulos y críticos postcrédulos)
-los que van a servirse del proyecto (oficialistas y críticos)
Por otra parte en función del grado de compromiso tenemos:
-simpatizantes
-afiliados o pagadores de cuota
-militantes, que son afiliados que al aporte económico
reportan participación y trabajo para el partido.
En función de la finalidad perseguida, los que van a
servirse del proyecto siempre ganan a los que van a servir el proyecto y por
eso el proyecto se vulnera, adultera y sucumbe en un más de lo mismo: partido
político.
Su victoria está asegurada y lo está en cuanto su grado de
compromiso es superior, porque le va la vida en ello. Es su proyecto de empleo
y al cual dedican tiempo, maquinación y una voluntad manifiesta de alzarse con
el proyecto.
La cúpula del partido escoge dentro de la militancia a
aquellos que reúnen las condiciones para ser la voz, los ojos y oídos de la
matriz en la periferia; para ser el partido en la periferia, como sucursal o
franquicia, según el modelo de partido, pero que en cualquier caso es de funcionamiento
de arriba abajo. Esos requisitos son de dependencia económica (en la vida civil
no se ganan bien el sustento que ansían) y pobreza creativa para no hacer
sombra a la matriz. Es la selección de los adversos. Al resto de la tropa
afiliada se le permite participar como mano de obra gratuita, idas y retornos
de carpas, cargas y descargas de carpas, inflar globos, actuar de maniquíes en
las carpas, contar las bondades del programa………. Están participando en un
proyecto para construir una sociedad
mejor conformada por una caterva de crédulos o toros bravos que entran al
embuste porque son de raza, pero que conforme transcurre la lidia van tomando
desarrollo y ven el embuste y entonces
el maestro de lidia (cúpula) aconsejado por sus subalternos (correveidiles),
tiene que matarlo (bases expulsadas).
En esa dinámica acontece que mientras hay expectativas de
crecimiento de voto y que traducido al
caso que nos ocupa: reparto de cargos, los militantes se ponen en cola,
esperando que hay de lo mío, en una concatenación de correveidiles y que define
quien es quien en el organigrama del partido. Mientras hay crecimiento o
expectativas de crecimiento, todo marcha sobre ruedas; pero si se tuerce esta
dinámica en decrecimiento sin expectativas recuperables, entonces deviene el canibalismo
partidista, en cuanto hay menos botín que repartir entre más correveidiles; la
cúpula mientras tanto se apodera de los salvavidas en caso de naufragio, le
acompañan correveidiles atentos y de sustento.
En ese escenario los críticos crecen por la convergencia de
dos afluentes:
-correveidiles desterrados del botín, que ha sido aminorado
-crédulos mutados a críticos por sentirse estafados
La tensión se palpa y la cúpula duda en aplicar represión en
ese ambiente de depresión, porque se pueden quedar solos y entonces tengan que
cargar y descargar las carpas los correveidiles que no huelen beneficios y lo
que ello conlleva.
Al ruedo quieren salir espontáneos, que llevan debajo de la
muleta borradores de estatutos, que quieren que el partido funcione de abajo a
arriba. Son más lanzados, otros buscan apoderados, nunca mejor dicho, que les
den una oportunidad por los cauces establecidos. En el fondo siguen siendo
crédulos: los cauces establecidos
Posdata.: me han dicho que la ganadería no es buena y los
toros son flojos, por lo que no triunfaran
y en su historial contará la oportunidad que tuvieron. Y es que el que
no tiene padrino, no se bautiza. Con ello todo se legitima y el comercio de
mentiras ha sido un éxito.
Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 25 de septiembre de
2016.
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