sábado, 19 de noviembre de 2016

LOS GARBANZOS COCIDOS: Lo que no se sabe, no existe.

LOS GARBANZOS COCIDOS: Lo que no se sabe, no existe.

Las ideologías existen como argumentos de venta (compra de voluntades), de difusión de intereses ocultos y opacos, pero no como herramientas o instrumentos para resolver los problemas actuales, ni siquiera para describir dichos problemas o realidad social.
Imagínense, dos fabricantes de garbanzos cocidos. Uno de ellos, lo llamaremos “A” y los garbanzos cocidos que produce los vende a cuarteles, hospitales públicos, asilos de la Beneficencia…….. y , el  otro, al que llamaremos “B”, los vende a supermercados y hoteles…..
Ambos A y B para vender sus productos, se valen de dos corsarios o intermediarios, que llamaremos “a” y “b”.
“a” es el vendedor  de “A”, para vender sus productos, utiliza como argumento de ventas, la ideología socialdemócrata, fomentando presupuestos públicos expansivos; ya que de esta manera sus clientes (organismos públicos) tendrán más recursos y por tanto, podrán comprar más: esos que algunos llaman despilfarro de los dineros públicos.
En tanto “b”, vendedor de “B”, utilizará como argumentos de venta, la ideología liberal, o sea presupuestos públicos restrictivos, ya que de ese modo sus clientes al pagar menos impuestos y tributos en general, tendrán más renta disponible y por tanto, podrán consumir más (aunque los habrá que se dedicarán a ahorrar más, ya que estos no despilfarran).
a y b se visualizan en el escaparate de la tienda de comestibles (los garbanzos cocidos son el producto estrella) como oferta antagónicas . Los consumidores-usuarios en función de su capacidad de compra optaran por una oferta u otra, ya que la capacidad de consumo, lo es de bienes privados y públicos mediante dineros y votos.
Entre tanto A y B, los productores andan en la trastienda y llegan a acuerdos, de reparto de mercados, de unión temporal de empresas, de intercambio de cromos u acciones y son ya un cartel.
El escaparate se llama Democracia, donde los correveidiles o vendedores de A y B, o sea “a” y “b” exponen sus productos, donde hacen creer a los consumidores o votantes, que son libres e iguales.
Estos consumidores en la economía y votantes en la política se pelean entre ellos, como buenos hinchas.  a y b se frotan las manos: se han cumplido los objetivos de la campaña.
Una parte del público, la más joven, quiere nuevos productos, por eso de ser más chic.
En los despachos de la trastienda A y B se han inventado dos marcas nuevas, que les llaman línea emergente. ¿Es más de lo mismo, en otro formato y para otro contexto?
Y dicen que las ideologías existen. Si en el papel, en la teoría y en los libros de Historia, pero no son vehículos en los que alojarse para cambiar nuestra realidad. La realidad se cambia con la conducta, con la modificación de la conducta.
Por eso la gente esta tan harta de política, no quieren comprar garbanzos cocidos, pero no saben, ni quieren saber, que es lo peor, fabricar garbanzos cocidos.
Participar en los asuntos públicos es aprender a fabricar garbanzos cocidos, es otra manera de actuar: es cambiar nuestra conducta. Es participar e involucrarse en los asuntos colectivos y no pasar de ellos.
Una de las marcas emergentes se empecinan en venderla en el “mercado centro” cuando su destino es el “mercado transversal” dice un tendero de comestibles narrador o contador de la siguiente historia:
Erase un tendero que era hincha de real Madrid y despacho a un cliente que también lo era y que le hizo una compra de 19 € tras una amena conversación glorificando los éxitos madridistas y le pago con 20 €. El tendero se equivocó con la distracción de la conversación y le dio la vuelta del cambio de 50 €. El cliente se hizo el “lipendi” y se quedó con el cambio de más. Eran de la misma bandería futbolera, pero en cuanto a los dineros, …………….
Despacho a otro cliente, este era del Barca, con el cual discutiendo de futbol, casi llegan a las manos. También le compro 19 € y también le pago con un billete de 20 €, con los nervios de la discusión, también le devolvió el cambio de 50 €. Pero en este caso y pese a ser de bandería futbolera contraria, le dijo que se había equivocado y que le estaba dando dinero de más.
¿El tendero de quien es de los que son de su bandería y se quedan con su dinero o de la bandería contraria, que se lo devuelven?
El tendero apostaba por la decencia de sus clientes y no por su bandería o sea por su conducta y no por sus ideas: primero hacemos, luego decimos.
Posdata: el mercado transversal no interesa a los de la trastienda: no se puede segmentar y por tanto no se visualiza en el escaparate. El tendero necesita vender garbanzos cocidos y para ello necesita comunicar que existe, ya que lo que no se sabe, no existe. No hay escaparate para el mercado “transversal”; por tanto el tendero está condenado al fracaso en el mundo real, pero sueña en el mundo de las ideas, para evadirse de su mundo real. Por cierto está condenado al fracaso en el mundo real porque su tienda no tiene escaparate, no se visualiza los garbanzos cocidos que vende, no se sabe que existe.
Pero preexiste. El tendero no es de centro, ni rojo ni azul, sino transversalmente naranja.





En Málaga a 19 de noviembre de 2016.

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