CRÓNICA DE UNA DESPEDIDA ANUNCIADA
CRÓNICA DE UNA DESPEDIDA ANUNCIADA.
Al rum rum
de voceros que predicaban la democracia interna de los partidos políticos, de
la rendición de cuentas, la transparencia, el combate de la opacidad, la
regeneración, la democracia participativa………se alistaron muchos, idealistas y
oportunistas ; había en aquel momento psico-social, una efervescencia de que había que desalojar a los de siempre,
que no podíamos seguir permitiendo que nos siguieran haciendo daño y que había
que luchar por ello…… y a ese banderín de enganche nos alistamos.
Más tarde
vendría el colapso, el brutal choque con la brutalidad de la realidad del
poder. El principio del fin comienza cuando las contradicciones entre lo que se
dice y se hace se van haciendo más numerosas e intensas; cuando comienzas a
leer los estatutos y demás normativa interna
y después ves que no casan con el banderín de enganche: predican una
cosa y practican otra y te planteas ¿con estas huestes vamos a regenerar? Pero
sigues y sigues porque te engañas a ti mismo, porque quieres seguir soñando y
dices esperar, a seguir los procedimientos establecidos en los estatutos para
modificarlos y reconducirlos a su estado natural: el que define el banderín de
enganche. Pobre iluso, se mofan de ti y legitimas con tú soñar. Todo está
cocinado y lo está, porque las bases no difieren de la cúpula, son lo mismo, de
lo contrario, no acontecerían las cosas como lo hacen.
Todo el
discurso es un pretexto para abrirse hueco en el entramado político y con él,
el alojamiento de sus huestes; más no
pueden evitar que en el viaje se infiltren misioneros idealistas, que en el
curso y discurrir del viaje se van apeando o son apeados.
Cuando estas
en una organización y formas parte de ella, tienes que actuar y ejercer la
membresía de modo “leal” y en lo que no estés de acuerdo y no afecte a su
identidad y naturaleza tratar y colaborar para modificarlo con arreglo a los
mecanismos que tenga habilitado dicha organización. Si tras las modificaciones
que se hacen, estás menos de acuerdo que al principio, entonces no formas parte
de ella en términos reales, aunque en términos legales sigas porque no has
solicitado la baja; lo cual, por otra parte es cuestión de tiempo.
Ahora si
invertimos la situación y es la organización o mejor dicho la cúpula que la
gobierna y dirige, la que se aleja de su espíritu fundacional, vulnerándolo y
yendo a otros lares ¿Quién es, quien se tiene que ir?
Cs ocupa y
coloniza el espacio regeneracionista para capturar en dicho caladero electoral
con fines que no son o traspasan los regeneracionistas. Esa desviación tiene
consecuencias no solo en la militancia desafiliada, sino también en el
electorado, que se reduce elección tras elección en 2016.
Un
regeneracionista andaluz se pregunta ¿cómo mi partido pacta y perpetúa un
régimen como el establecido en Andalucía?1 Así vamos a regenerar.
Ninguna táctica, ni estrategia ni dirección política puede vulnerar los
principios: los regeneracionistas. No todo vale y el fin no justifica los
medios.
Se imaginan
a Cs pactando con los herederos de CiU su mantenimiento en el gobierno para que
no lleguen la CUP y adláteres, que dejasen a TV3 a sus anchas y………
Si sigo me
aburro, sé que no van a regenerar nada y si acomodarse. Y es por ello con este
relato como comunico el anunciamiento de mi
despedida.
Lo sé,
porque estoy dentro, conozco la estructura y el funcionamiento interno de Cs y
no difiere del de los partidos políticos tradicionales. Funciona bajo el modo
de arriba abajo, donde el afiliado es súbdito de partido, de la cúpula, donde
se adhiere y requiere que sea y tenga la disciplina de un militar y la fe ciega
de un cura, en su dios-caudillo (Rivera); donde una mente crítica no se aprecia
como un elemento que enriquece al grupo, sino como un traidor de la doctrina y
un desleal con la cúpula y que conlleva la sanción de los súbditos del partido
y su elevación (de la sanción) a la
cúpula para su escarnio.
La falta de
pluralidad ideológica que propicie el debate interno en el seno de los partidos
políticos, donde se cruzarían las opiniones de unos con otros para formar y
conformar razonamientos que validaran el grupo y lo cohesionaran como entidades
democráticas da lugar, que este déficit
se traslade luego a su acción externa, cuando ocupan y colonizan las administraciones públicas y paralelas.
La
democracia para su plenitud requiere y conlleva de la existencia de ciudadanos,
de sujetos políticos activos y no pasivos. La democracia de un país o de un
partido político no se puede dar ni
desarrollar cuando lo que hay son votantes o súbditos de partido.
Evidentemente la estructura y
funcionamiento han de ser democráticos (dimensión objetiva), pero los elementos
que la conforman (dimensión subjetiva) han de ser esponjas democráticas; de lo
contrario la democracia está viciada y de eso, precisamente de eso sabemos y
mucho en nuestro sistema de partidos políticos español.
¿Qué se ha
hecho por mutar a los votantes, cuando votan, si es que votan, en ciudadanos? Hemos pedido el voto en el nombre de la
regeneración, para un más de lo mismo en otro contexto y formato,- roto el
bipartidismo-, pero no hemos hecho nada en la dirección de generar ciudadanos,
que en último término es lo que posibilita y alcanza lograr la democracia
plena.
Porque sé
que Cs no va en esa dirección, porque no creo ya en Cs, visto lo visto y desde
los adentros, es por lo que me voy, cuando los que se tendrían que ir son los
que profanan, vulneran y prostituyen el regeneracionismo.
El
descontento y malestar que se ha logrado reunir por medio de TranCsparencia y
otros grupos críticos, no debe ni tiene que despilfarrase y sí ser la base
embrionaria de una nueva formación política que permita desplegar el reinicio
del vuelo regeneracionista.
Nunca
rendirse, siempre luchar, un no rotundo a la indefensión aprendida, porque
Iberia nos clama y nos reclama.
1- La razón
autonómica o el pplumero en franciscoanayaberrocalblogspot.com.es 16 de junio 2015.
Francisco
Anaya Berrocal a 8 de enero de 2016.
1 comentarios:
Completamente de acuerdo, te felicito por el análisis y la decisión, yo también me he ido.
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