EL GRAN ATRACO
EL GRAN ATRACO
¿Por cada euro que se destina a inspeccionar y fiscalizar
los ingresos de los contribuyentes, cuanto se destina a inspeccionar y
fiscalizar el gasto público?
¿Y cuáles son los rendimientos y la eficiencia comparada por
cada euro invertido entre la inspección privada (la de los contribuyentes) y la
inspección pública (la del gasto público)?
Porque todo lo que se ingresa, todo lo que se recauda, se
gasta e incluso se gasta más de lo que se ingresa con el consiguiente déficit
público.
Y si se gasta tanto como se recauda cuando no más ¿Por qué
hay esa diferencia de dotación presupuestaria entre el control de los
contribuyentes y el control del gasto
público?
Las calles de las administraciones públicas están llenas de
delincuentes burocráticos y requieren de patrulleros policiales que las limpien,
de cuerpos de interventores de cuentas públicas, de cámaras de cuentas que
estén dotadas de medios materiales y dotaciones
financieras, así como de recursos
humanos que puedan realizar su labor. Pero eso, precisamente eso, no le trae
cuenta al sistema de partidos políticos español, en cuanto que ello supone
acabar con su chiringuito, de acabar con sus privilegios como clase, casta,
oligarquía u otro nombre que se le
quiera dar.
Estos cuerpos de intervención y fiscalización del gasto
público como órganos de control y supervisión de los gobernantes no pueden ser
gobernados y dirigidos por dichos
gobernantes, sino del legislativo de haber separación de poderes; pero no la
hay.
Y no la hay en cuanto los partidos políticos o partido político
reinante succionan dicha división de
poderes de modo que ellos controlan al ejecutivo, al legislativo y al judicial al
mismo tiempo y son parte del mismo entramado.
En ese marco, el sistema de partidos políticos se aloja como
una costra sobre la piel del Estado al cual devora como un virus infeccioso de
manera que el estado deja de ser un instrumento al servicio de los ciudadanos,
adquiriendo necesidades dicho estado que no guardan correlación con las
necesidades de sus ciudadanos y si con las necesidades de su sistema de
partidos políticos y ello da lugar a la llamada clase política. Ese escenario
posibilita y da lugar a una política recurrente de incremento de gasto público,
que no civil para alimento y pasto de las manadas de correveidiles y súbditos
de partido y no para la ciudadanía.
En este contexto hay que explicar y explica de como la
última oferta de empleo público se concreta en la creación de más inspectores
de hacienda, de trabajo y seguridad social…….. Pero no en más inspectores de
las cuentas públicas, ya que ello supondría poner en barbecho las tierras de pasto
de las manadas que pueblan los partidos políticos: clase política
En Málaga a 13 de
agosto de 2017.