DEMOCRACIA: 4 parte
DEMOCRACIA:
4 parte
Con
partidos políticos no resolvemos, con democracia representativa
…..no resolvemos.
No
nos valen las herramientas del pasado para solucionar los problemas
del presente, es más esas herramientas forman parte del problema,
son el problema (partidocracia).
Los
conceptos izquierda y derecha son términos del pasado; no tienen
validez en el mundo de hoy, no sirven para explicar el mundo de hoy,
no sirven para solucionar los problemas del mundo de hoy. Todo ello
hace que estén invalidados para el mundo de hoy; pertenecen al
pasado y el pasado como quien dice, no tiene futuro. Sin embargo los
nostálgicos o ignorantes se aferran, queriendo solucionar problemas
nuevos con recetas antiguas y para ello potencian “la ignorancia
activa” por la que todos opinan sobre todo y eligen sobre lo que
no tienen ni alcance ni conocimiento, bajo el paraguas de la
democracia, que vende la idea de que todos somos iguales y que por
tanto un hombre, un voto. Esto hace que elijamos y no seleccionemos.
Si
los caladeros de votos se despolitizan, dejando de ser de derechas o
de izquierdas por el asco de la gente por la política y los
políticos, la transversalidad se impone y se impone, porque no se
trata de ser de derechas o de izquierdas, sino de decencia; lo que
vale son las obras, lo que se hace y no lo que se dice. Hablar es
gratis, no cuesta dinero, hacer cosas o dejar de hacerlas, revelan y
delatan.
Necesitamos
otras herramientas, otros conceptos para diseñar y ejecutar las
soluciones que requieren las amenazas a las que nos enfrentamos. El
darse cuenta que el pasado no tiene futuro, que la legislación
laboral existente no sirve para regular el trabajo que se ejecuta en
plataformas virtuales, que no vale para regular nuevas formas de
trabajo, nuevas relaciones sociales de producción y consumo que
origina la economía colaborativa con el surgimiento de los
prosumidores que ya vaticinara el prospectivista Alvin Tofler en “la
tercera ola”, que la educación del futuro es la de formar
ciudadanos planetarios que piensan en términos globales pero que
actúan localmente; que las políticas monetarias son expansivas o
restrictivas no en función de ideologías socialdemócratas o
liberales, sino en función del ciclo económico bajista o alcista;
Y así podríamos seguir………
El
mundo que conocimos se desmorona y la falsificación de ideas desmaya
nuestros pensamientos para la siembra de soluciones a los problemas
que nos afligen. En ese contexto nadamos hacia la nada.
Necesitamos
una revolución en la mente de cada persona, de manera que hacer el
bien y no contar mentiras sea la guía de actuación de cada persona.
¿y como se hace eso?
Ya
que si cada uno de nosotros en su conducta incrementa el bien y
disminuye el mal, la sociedad mejora, muchos problemas dejan de
serlo.
¿como
se hace eso?
Si
logramos transformar los mecanismos de promoción y ascenso social,
de manera que la eficiencia, el esfuerzo, la economía y ahorro, el
conocimiento sean los atributos dominantes y se impongan a los
actuales de corrupción, nepotismo, clientelas y el intercambio de
chantajes como moneda política lo habremos logrado.
Si
logramos establecer como clave de éxito de los negocios la
innovación que satisface necesidades reales, que derroca al modelo
basado en la corrupción mediante la creación de normativas,
concesiones, contratas….lo habremos logrado.
Y
para todo ello, lo que se necesita es política, por la que
cambiemos el modo de organización y funcionamiento de la sociedad o
sea nosotros.
Que
cambiemos el modo de operar en política. No se trata de ganar una
discusión, de vencer al contendiente político, ni de convencerlo,
sino de yuxtaponer nuestras ideas con las suyas, de combinar nuestras
ocurrencias y soluciones con las suyas y de esa yuxtaposición
conformar ideas de grupo, que nos validan como grupo, que nos definen
como comunidad, no como suma de ideas contrapuestas, sino como
ideario resultante de esa yuxtaposición
de
intereses personales en un proyecto común. Cuando
en ese encuentro de ideas, ocurrencias, no es posible conformar
soluciones validadas por todos porque emanan de sistemas de creencias
contrarios, entonces la ruptura se abre paso.
La
pluralidad es un almacén de soluciones para múltiples escenarios al
cual no debemos renunciar, pero ello no quiere decir, que todo vale,
que todo tiene cabida; al contrario un escenario dado y singular con
una especificidad particular y concreta tiene una solución única e
integral, al margen de que se pueda llegar por diversos caminos o
metodologías a esa solución.
El
problema estriba que elegimos y escogemos en función de nuestros
intereses particulares y privados y no en función de intereses
generales o colectivos. Elegimos en función de lo que nos conviene
como particular y no como miembro de una comunidad, de tal manera
que los intereses particulares, privados o territoriales terminan
haciendo daño a la comunidad, al conjunto.
En
ese orden de cosas unos elementos del conjunto se imponen a otros,
por fuerza, sometimiento, otros por dependencia…….y así la
armonía no fluye y sí la tensión y ello hace que no alcancemos la
paz, estado virtual necesario para llegar a la verdad.
Ello
conlleva a que vivamos en un mundo prostituido, carente de valores y
moralidad, donde todo vale, que dice llamarse Democracia, cuando lo
tendrían que llamar Demagogia o ¿tal vez el gobierno del pueblo es
siempre demagogo?
Francisco
Anaya Berrocal en Málaga a 30 de julio de 2018.