viernes, 27 de septiembre de 2019

DOLOR DEMOCRÁTICO: democracia, 6 parte:


DOLOR DEMOCRÁTICO: democracia, 6 parte:

Yo necesito saber para votar; necesito conocer para poder votar con juicio y fundamento; enjuiciar tanto en el proceso electoral como en el transcurso postelectoral y esto, precisamente esto, - en un comercio de mentiras, donde nos confunden y nos funden en una masa de votantes que posibilita una conjura de necios para irnos al precipicio de la esclerosis social y cuya detención requiere de una disrupción política que sea acorde y concatene con otras disrupciones (tecnológica, financiera….)- requiere de ciudadanos y no votantes.
Yo necesito saber que no me engañan, de lo contrario no votaré y como yo, muchos, hartos de “esta política” o Democracia prostituida que no resuelve nuestros problemas, sino que además me crea más problemas, empezando por la clase política.
La democracia es un medio y no un fin en si mismo, la democracia es un instrumento para alcanzar la paz social. Cuando la democracia deja de ser un sistema para resolver conflictos y se transforma en un sistema generador de problemas, deja de sernos útil y hace que los individuos que habitan en ella no puedan cohabitar y sea el escenario de un mundo peor.
Cuando las decisiones individuales y colectivas tanto privadas como públicas de inversión o consumo se mueven en un terreno de incertidumbre y riesgo institucional, sometidas a continuos vaivenes del sistema de partidos políticos, deja de ser el marco político adecuado para que la economía avance como consecuencia del riesgo regulatorio que paraliza las decisiones referidas.
Cuando los votantes deciden con su voto que se hace con el dinero aportado por los contribuyentes, materializando el reparto de los frutos sin intervenir en el reparto de los sudores para obtener esos frutos y los políticos a cambio de sus votos les regalan lo que no es suyo y que otros han sudado a través de las políticas redistributivas de renta, la democracia deja de ser eficiente en términos económicos y deja de ser equitativa en términos sociales.
Cuando el sistema judicial es tan garantista que ampara y cobija a los delincuentes para que persistan en sus delitos sin sanción real y vulnera los mas elementales derechos de las victimas a las que no se les da justicia, la democracia no nos vale.
Cuando ocurren todas esas cosas y mas y nos dicen que la democracia es el sistema menos malo, repitiendo a Churchill, tu agotamiento y capacidad de soportar este “dolor democrático” llega su fin y dejas de ser votante y dices que la democracia se vaya al pasado y busquemos otro sistema que nos permita vivir y convivir. Porque el escenario de tolerancia que creo Occidente y que permitió el avance de las ciencias y las artes, que permitió el avance social y económico ha caducado por permisividad creando una atmósfera social anómica, donde todo vale para conducirnos a la esclerosis del sistema.






Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 27 de septiembre de 2019.