domingo, 26 de septiembre de 2021

LA AGONÍA DEL ESTADO.

 

LA AGONÍA DEL ESTADO.


Durante toda la vida, al menos la laboral, cambiamos nuestro tiempo por dinero; acontece que nuestro tiempo tiene límites, es finito, sin embargo lo cambiamos por algo, como es el dinero actual, que visto lo visto es ilimitado. Los gobiernos y/o bancos centrales imprimen billetes, emiten dinero sin respaldo de ningún tipo y descorrelacionado de la marcha económica. Apreciamos de este modo como el valor de nuestro sudor, de nuestro trabajo es succionado, robado por la depreciación de la moneda fiat de turno y es está apreciación, está toma de conciencia la que va erosionando el sistema monetario porque cada vez mas gente se da cuenta de que el dinero fiat no vale nada, de que vale en la medida de que el gobierno de turno lo impone obligatoriamente por medios coercitivos (pago de tributos en fiat), pero no porque la gente crea en su valor; de hecho el dinero en efectivo o en cuentas bancarias se oxida, se quema, ya sea por la inflación o por las comisiones bancarias y la gente lo materializa, lo invierte en otros activos (inmuebles, metales preciosos, acciones, derivados……..) rápidamente o lo consume a mayor velocidad.

Cuando te das cuenta y sobre todo si lo haces en el ocaso de tu vida, de que has cambiado lo mas valioso para ti, que es tu tiempo por dinero oxidable, te das cuenta que has arruinado tu vida produciéndote insatisfacción y trasladando está insatisfacción a los demás y advirtiéndoles de que no hagan lo mismo, de que el dinero sirve para comprar tiempo.

El estado es una institución social y política creada por la sociedad en modo evolutivo para que ejerza el monopolio de la violencia. Cuando este monopolio es roto y deja de serlo, el territorio sobre el que se ejercía dicho monopolio se convierte en territorio de nadie donde la violencia es ejercida por diversos poderes y nadie está a salvo y por lo tanto se convierte en tierra quemada como las fronteras entre los reinos cristianos y las taifas moras en Iberia durante el medievo.

Tu pagas para que te protejan (que no te asalten por la calle, que no penetren e invadan tu hogar u otras posesiones….); si el Estado se inhibe y deja de prestarte servicio, no garantiza tu vida ni tu patrimonio, tu dejas de pagar al Estado y busca refugio en otros poderes que te protejan. Si invaden mi propiedad, las cías desocupas hacen el trabajo de policías y jueces.

En este contexto surgen las criptodivisas y a la cabeza el bitcoin como reserva de valor en un entorno descentralizado y distribuido, que permite poner a salvo tus ahorros e inversiones (contratos inteligentes) del poder jurisdiccional del gobierno/s de turno. Es la toma de conciencia que me refería antes hecha realidad, realidad del ciberespacio, realidad a fin de cuentas.

Este nuevo poder descentralizado y distribuido emerge del sistema agonizante que vivimos y al cuál da respuesta, ya que la principal arma del Estado: la Ley, no sirve para resolver conflictos. La quiebra fiscal y las migraciones hacen el resto para que triunfe la agonía del Estado a igual que le ocurriera a Roma.






Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 26 de septiembre de 2021.