sábado, 25 de noviembre de 2017

DESACTIVACIÓN O LA QUIEBRA DEL RÉGIMEN DE 1978.

DESACTIVACIÓN  O LA QUIEBRA DEL RÉGIMEN  DE 1978.

La incredulidad se ha apoderado de las mentes de las gentes. La percepción social es que todos los políticos son lo mismo y la política un asco.  ¿A quién votamos?  ¿Votar en blanco sirve para algo?,  si los votos en blanco tuvieran su correspondencia en escaños vacíos, sí, pero no acontece así,  sino que van a la papelera y de ahí al desagüe, repartiéndose entre los votos escritos (marcas políticas) o sea se discrimina según lo que votes, de manera que votar en blanco es igual o equivalente a quedarte en tu casa y no votar. El sistema político solo permite votar o comprar marcas políticas autorizadas, pero no productos de marca blanca (apolíticos). Con ello, las fuerzas del cambio están fuera de combate y el sistema político desactiva su renovación, ya que no se puede ir de la ley a la ley y esta falta de regeneración conlleva su propio agotamiento y con ello su final. Lean a Miguel Artola como historiaba el final de la Restauración y trasladen los factores de agotamiento a la actual Neorestauración y sabrán el desenlace.
¿Movimientos civiles organizados y formalizados desde fuera del ámbito de los partidos políticos que tienen y contienen fines concretos y de amplio calado social al ser transversales y que suponen el empoderamiento de la sociedad triunfan o su notoriedad provoca “alarma política” en la clase política que responde para su desactivación? Llámese plataforma de los afectados por la hipoteca, Stop impuesto sucesiones, afectados por preferentes…….
El sistema seguirá siendo legal, pero se deslegitima y lo hace porque las bases sociales que lo sustentan disminuyen y esto es así porque cada vez hay más voto rehén o cautivo, que vota lo menos malo o vota para evitar males mayores desde la conciencia del elector.
En esta atmosfera colectiva, queda resignación. No hay nada que hacer, el sistema vence. El estado del bienestar ha generado tal grado de dependencia al tiempo que genera falta de iniciativa y por tanto de creatividad, que anula a la sociedad a la que abastece y de la que se nutre, que hace perder la libertad de los individuos y los muta en dependientes de un sistema que se agota y por tanto muere y con él, ellos, al ser incapaces de regenerarlo.
Porque la dependencia hace perder la libertad. Amplios sectores de la sociedad viven o malviven mejor dicho de “comer gratis”, de los que laboran otros, de los que ahorran otros y hacen de este modo parasitario, su forma de vivir. No precisan ser propietarios para gozar y disfrutar de bienes que acceden a ellos por un estado de bienestar que se los reporta directamente o indirectamente (véase el caso de la viviendas ocupadas1).
Cuando te habitúas a que te lo den todo (“comer gratis”) impiden que desarrolles tus potencialidades, tu talento, tu capacidad de resolver, porque hay otros que lo hacen por ti. Cuando por cualquier motivo no te abastecen de comida gratuita, no se quejan por no haberles dotado de herramientas, recursos y saber hacer para comer, sino por la falta de suministro de comida y se convierten en víctimas, según ellos.
Votan a los que les dan y prometen darles más; los políticos sabedores de ello, entran en una puja o subasta de a ver quién da más por un voto. El político que habla de obligaciones de los votantes y no de  derechos, subvenciones, subsidios, bonificaciones y deducciones, esta fuera del mercado político; es un predicador en el desierto. En esta orgía de quién da más, el sistema se hunde y los que vislumbran dicho hundimiento avisan de ello, para no ser escuchados, si es que les oyen; ese run run no mola, no interesa.
Que puedo hacer yo por mi ciudad, que puedo hacer yo por mi país, no son preguntas que nos hagamos, sino todo lo contrario: que hacen por mí el estado, el ayuntamiento, la junta…
De este modo las fuerzas para cambiar lo que está mal, para regenerar lo viciado, para reformar lo mejorable están desactivadas y solo la quiebra del sistema es posible, ya que conformar una comunidad de pensamiento y obra para su activación son eliminadas no porque sean una amenaza para el sistema, sino porque sean la posibilidad de una amenaza y esto es el cierre a la solución de un problema, que nos llevaría a abrir las puertas de entrada de otros problemas y con ello: la activación.
El mismo sistema se autodestruye,  al devorarse en sus propias contradicciones, ya expuestas. Esta falta de reformas, de parálisis social  nos llevara a un hundimiento, que en términos psicosociales, de actitud social ya existe.

1-        Los propietarios  solo tienen obligaciones de pagar IBI, gastos de comunidad, recibos de luz, agua, gas….y hasta imputación de renta inmobiliaria en IRPF, y hasta Patrimonio según casos; pero si le invaden e ocupan su propiedad, el Estado no le protege en su derecho de propiedad como debiera; y esto es así porque el Estado se alivia transfiriendo su obligación de reportar un alojamiento a los necesitados a los propietarios  que les cae la lotería de una ocupación. El calvario al que son sometidos, que tienen hasta que pagar la luz y agua de los “okupas” no tiene perdón de Dios y es así por el consentimiento del Estado. De los necesitados se pasa a los aprovechados y con ello, el número de okupas y las consiguientes ocupaciones crece. Luego con su voto legalizan su usurpación y así gozan del sudor de quien lo laboro. Véase Madrid, Barcelona, Cadiz……




Francisco Anaya Berrocal en Málaga a 24 de noviembre de 2017.


viernes, 3 de noviembre de 2017

¿A DÓNDE VAMOS?

¿A DÓNDE VAMOS?
La falta de conocimiento, de información, de saber usar, frena y limita el consumo de bienes y servicios de la era digital y por tanto de la buena marcha de la economía.
Si para transportarme en automóvil, aparte de tener la capacidad económica para adquirirlo, requiero de capacidad económica para costear el servicio de un conductor, estamos limitando la adquisición y tenencia de automóviles al reducir el número de compradores al incrementar la capacidad económica (poder comprar coche y chofer).
Pues esto acontece con los nuevos productos y servicios de la era tecnológica actual y su digitalización, que requiere de conocimientos, habilidades, destrezas como “aprender a aprender” que limitan el crecimiento económico por falta de demanda formada e instruida y no por capacidad económica. La capacidad adquisitiva ya no solo se mide por el dinero, sino también por la formación e instrucción en el manejo de los bienes y servicios digitales.
Así escuchamos frases, yo del teléfono solo utilizo…………………..
Asistimos  desde hace tiempo al ocaso del valor dinero en  contraposición al ascenso del valor  información  como eje vital de la sociedad en la que vivimos. Recordar como el valor dinero destituyo y sustituyo al valor tierra.
Así cualquier rumor genera soplos de pánico financiero, de retirada masiva de depósitos de cualquier entidad financiera que es derribada, es aniquilada. La gestión de la información financiera se hace básica, vital para la marcha y continuidad de la entidad financiera. Los fundamentales (datos o cuenta de resultados) no son relevantes para su pervivencia y sí, el manejo de la información financiera; el modo de comunicación se impone al modo de producción. El sistema de reserva fraccionaria y  sus coeficientes de caja  hace el resto.
Los déficits de cultura financiera, de seguros, digital….etc., en la demanda frenan dichos sectores,  frenan su crecimiento por falta de desarrollo económico y en concreto por  falta de desarrollo económico de la demanda, que no de la oferta.
 Cuando compramos hacemos una elección de candidatos de productos o servicios, de proveedores que nos suministran o abastecen ¿pero qué elementos de juicio tenemos para medir y valorar como más idóneos conforme a nuestras necesidades? Si no hay información necesaria y suficiente, los mercados no son eficientes, no siempre elegimos a los mejores, a los más competitivos. Esta asimetría en la información delata los fallos del mercado.
Otro tanto se puede decir de los mercados políticos donde también falla la demanda al no haber ciudadanos y solo votantes, cuando los hay; a riesgo de que cada vez menos decidan por más gente.
La capacidad de transmisión del conocimiento es la clave de una sociedad para desarrollarse y no repetir los errores del pasado. Conocer el pasado para comprender y entender el presente, así como para poder vislumbrar el futuro que llega.
Por otra parte cada vez hay más bienes y servicios que se sustraen al mercado, en cuanto que son abastecidos por autogeneración (mi ordenador e impresora son mi editorial) o por economía colaborativa (coches compartidos) y que por tanto se sustraen al Fisco al no ser tributables. La quiebra fiscal del Estado se ve de venir y el ocaso del estado del bienestar su indicador.
Sistemas de financiación colectiva como el crowfunding, ajenos al sistema bancario que desintermedian, acercando ahorradores y emprendedores y una banca metamorfoseada en proveedora de sistemas de pago con los días contados que delatan la quiebra del sistema financiero.
Un sistema monetario donde el yuan y las criptomonedas ponen en solfa la supremacía del dólar como moneda de último recurso delata más cambios.
Todos estos cambios en los sistemas tributarios, financieros, monetarios y la certeza de que no elegimos a los mejores hacen de la educación y la formación el instrumento posibilitador de superar esta encrucijada histórica como ocurriera en otros tiempos. Y como dijera Kant, la capacidad de soportar incertidumbre delata la inteligencia de una persona, ante tanta quiebra a la vista, como digo yo.
Hay que invertir en crear capital humano  para consumir, para amortizar el capital humano invertido para producir.
Y no nos damos cuenta que sin desarrollo educativo no habrá  demanda sostenible que posibilite empleos de calidad que son los que en último término  quienes sostengan nuestro sistema de pensiones, evitando la quiebra de la seguridad social y del estado del bienestar en general.
Las reglas del hacer social con las que nos manejábamos ya no, nos valen y entenderlo y resituarnos para afrontar los retos planteados presuponen y suponen aplicar nuevas metodologías, nuevas soluciones para problemas nuevos: desintermediación para la interdependencia. La libertad ya no se contrapone a la seguridad, sino el igualitarismo a la excelencia. La sumisión deja paso a la dependencia  y el mundo en que vivíamos ha dejado de existir para dar paso a un presente que explicamos y resolvemos con esquemas, conceptos y soluciones caducadas, con metodologías vencidas y rancias que dan lugar a quiebra en todos los órdenes o ámbitos de la vida en sociedad.
Solo una demanda creativa e disruptiva permitirá avanzar y superar este trance de incertidumbre que nos inunda. ¿Seremos capaces? De lo contrario el cacareado posmodernismo no es sino la vanguardia de una nueva edad media  o esclerosis social (neomedia).



Francisco Anaya Berrocal, en Málaga a 1 de noviembre de 2017.