SEGUNDA OPERACIÓN VACUNA DE LA NEORESTAURACIÓN o EL DOMINIO DEL RELATO HISTÓRICO
SEGUNDA OPERACIÓN VACUNA DE LA NEORESTAURACIÓN o EL DOMINIO DEL RELATO HISTÓRICO.
Si toleras el desorden
para evitar la guerra, tendrás desorden y guerra (Maquiavelo).
En los últimos
tiempos, la imagen de la Corona con los desvaríos del rey Juan Carlos I, ya sea
por el accidente de África o Corina, o
el caso Urdangarín, (el mejor de
los republicanos) ha sido deteriorada
hasta tal extremo, que la magia que albergaba y que la tenía y la contenía en un pedestal se ha erosionado,
aplebeyándose como el matrimonio real y con ello perdiendo esa magia y aura
sentida de cuasi infalibilidad que monto
el 23 de febrero.
En el 23 de febrero se vincula el mantenimiento del orden
constitucional, de la defensa de la democracia a la institución
monárquica, representada por el rey don
Juan Carlos I como su valedora y veladora principal. Decían” yo no soy monárquico,
pero sí juan carlista”.
El modelo canovista de rey/capitán general caduco y requiere
de sustituto, en cuanto el ejército no es una amenaza al dejar de ser un poder
factico con el 23 de febrero y es la necesidad de un nuevo miedo, que aglutine
y concentre el querer de los españoles y vean en la institución monárquica como
el espadón que venza dicha amenaza. El rey ya no pone en cintura u orden a los
militares, ahora el rey pone en orden a los separatistas. Ahora se vincula el mantenimiento del orden
constitucional, de la defensa de la unidad de España nuevamente a la institución monárquica representada
por el rey Felipe VI.
La Monarquía para su
pervivencia como institución requiere de la anuencia y consentimiento de los
españoles. Para ello es necesario el sometimiento de los españoles a dicha
institución no por sumisión como acontecía en la edad Media, sino por la
dependencia.
¿Y en que consiste esa dependencia? En ligar la unidad de
España a la vigencia y perduración de la
monarquía como instrumento que posibilita la pervivencia de la nación. Se liga
y conecta el sentimiento de ser español al de ser monárquico, como símbolo y
garantía de la unidad de España. Otra
forma de estado, la republicana se percibe
como un proceso disgregador y desintegrador de los que quieren romper
España (nacionalistas y rupturistas podemitas). Siempre han acabado así las dos
repúblicas españolas, decían.
El nacionalismo catalán se ha apropiado de la totalidad de la
representatividad de Cataluña con el consentimiento o mejor dicho sometimiento
de los partidos constitucionalistas o españolistas, haciéndoselo creer al resto de España. Esto ha hecho creer
en la opinión pública española, confundir nacionalismo catalán con Cataluña, al no percibir a la “Cataluña silenciada” que
parece despertar al son de “no estáis solos” que capitanea el discurso real,
sabedor de que una secesión catalana es el fin borbónico.
Se trata de mutar un problema, “la cuestión catalana” en una oportunidad de
negocio político. Ahora bien, en una comparecencia “real” no se detiene, lo que
se ha dejado hacer durante décadas de régimen autonómico. Es la equivalencia al
alumno que se pone a estudiar el día antes del examen. Un sistema que admite
que partes de su conjunto quieran romper el sistema (nacionalistas periféricos
y rupturistas de Podemos y confluencias) posibilita su autodestrucción, cuando los elementos centrales del sistema (PP
y PSOE) se apoyan en estos elementos
rupturistas para devorar a su contrincante (pacto del tinel o la creación de
Podemos). Hemos pasado de un bipartidismo a un cuarteto que sigue haciendo depender a los actores
centrales de la periferia y así vemos como se han aprobado el último
presupuesto público para goce y beneficio de PNV y Nueva Canarias.
¿Cómo restaurar la
ley en Cataluña, cuando hace tiempo que se la saltan, creando estructuras de
Estado? Por sumisión evidentemente no, por dependencia clarividentemente sí. Existe una frontera invisible en la Junquera
cuyo agente de aduanas radica en Madrid. Esta frontera invisible y su control
es la que posibilita la dependencia y la independencia, según quien mire.
El dominio y conocimiento
del relato histórico hace ver lo que otros no ven. La realidad habla del
paisaje catalán en particular y español
en general, pero el paisanaje no escucha y solo oye el run run mutándose la realidad en operación vacuna.
Los buenos y grandes negocios está en el tráfico de favores
e influencias que abastece el Poder político tanto en Cataluña como resto de
España y no en la innovación y abastecimiento de necesidades insatisfechas de
la demanda, de manera que el poder económico es dependiente del poder político
y no del mercado y esté, se lo ha creído
hasta tal grado que son utilizados como marionetas por los del más allá del poder.
¿Cuántos de los que han votado independentismo, abren
cuentas corrientes fuera de Cataluña? Digo esto y hago lo otro y eso se llama dependencia y no independencia. Es la
dependencia del miedo. De unos y otros, de catalanistas y de españolistas.
Pero la dependencia es bilateral, en cuanto la ruina de uno
conlleva la del otro y con la ruina viene el desorden y esté no se ataja y
suprime estudiando el día antes del examen.
Quedan 80 días para el uno de enero de 2018 por el que
fallece el secreto bancario en Andorra y entonces apreciaremos que la
dependencia es bilateral y la independencia un sueño de insumisos que son
dependientes de sus acompañantes de cama que no son independentistas.
La convocatoria no de elecciones, sino de oposiciones a
agentes de aduanas invisibles requiere del conocimiento y dominio del relato histórico
para estar en la frontera y manejar a las marionetas del circo electoral. Los cambios
de frontera para acomodo de nuevos agentes de aduanas producen guerra invisible
por tolerar desorden visible.
Necesitamos paz y para ello suprimir fronteras y no crear
más fronteras, porque la guerra es consecuencia de la existencia de fronteras.
Francisco Anaya Berrocal,
en Málaga a 12 de octubre de 2017.