LA ECONOMÍA CIRCULAR DE ENGAÑO.
LA ECONOMÍA CIRCULAR DE ENGAÑO.
La señora de la
casa se le averío la lavadora por lo que tuvo que llamar al técnico
de la lavadora, el cuál cuando se persono, percatándose de la
ignorancia de la señora en mecánica de lavadora y aprovechándose
de ello, le facturo mas de lo que le correspondía. Le pregunto que
si quería factura, en cuyo caso le tenía que cobrar aparte el IVA;
la señora le dijo que no quería pagar mas, por lo que no le
confecciono factura.
Este mecánico de
lavadora llevaba una semana colosal a base de amas de casa
analfabetas en lavadoras, salvo por el dolor de muelas que padecía y
que le llevo a ir al dentista dejando de cumplir servicios
solicitados. Al entrar en la consulta del dentista todo engalanada
fue atendido por el mismo, el cuál se percato de la ignorancia
dental del susodicho y como debía un pastizal al banco por las obras
para la consulta, cliente que entraba procedía a romperle la cartera
para compensar el arreglo de boca, de manera que donde había 4
averías dentales se mutaban en 7 y ahora averigua.
Al día siguiente el
dentista coincidió en el banco, con el contratista que le había
hecho las obras de la consulta, ya que ambos iban a ingresar efectivo
en sus cuentas para aminorar sus deudas.
El bancario que les
atendía conocedor de la ignorancia en matemáticas financieras de
los clientes y ante la presión que le ejercía sus superiores en
aras a conseguir los objetivos propuestos por la dirección, les
cargo hasta comisiones por respirar el aire acondicionado de la
oficina aparte de seguros por fallecimiento, alarmas antirrobo o un
plan de pensiones, que lo que desgravaba era menor que la
rentabilidad negativa que obtenía y que cuando lo rescatase, le
esperaría Hacienda (por eso de diferir de renta).
El bancario harto de
todo el día de aguantar a sus jefes y sus clientes, cuando llego a
su casa empezó a aguantar a su mujer, que le narraba la multa que le
había pagado al técnico de la lavadora.
Esta narración
explica porque el Doctor Sánchez (Zapatero II) es presidente del
gobierno.
Los políticos no
los han parido madres especiales, sino que son el reflejo de la
sociedad en ese ámbito; la gente no es mejor que la clase política,
de manera que tenemos y sostenemos lo que somos.
En definitiva, como
nos decían las monjas: sed buenos y no contéis mentiras. Solamente
con que fuésemos menos malos los unos con los otros y contáramos
menos mentiras, se solucionaban una pecha de males que padecemos.
Cuando se vive y se convive con la mentira, con el engaño, es muy
difícil vivir y así, si tenemos que arreglar el alicatado de la
cocina porque se nos cae, nos asustamos no ya porque se caigan los
azulejos, sino por los presupuestos de los contratistas, sin saber
cual será él que no nos engañe, y no por el monto, que también.
Esta cadena de
engaños produce una alteración de los precios que genera
ineficiencias y precios hinchados que afectan a nuestra
competitividad, ya que la falsificación, el engaño y la mentira son
mas caras que la probidad; ya que está última gana a largo plazo.
De manera que si
actuamos y votamos en función de nuestros intereses de clase,
territoriales o sectoriales y no en función de los intereses
generales, de lo que es mejor para la comunidad o la nación y no
solo para mí, no nos podemos quejar que el doctor Sánchez y otros
subordinen los intereses generales, no ya a los intereses de su
partido o pedanía, sino a sus intereses personales.
Francisco Anaya
Berrocal, en Málaga a 10 de enero de 2020.